FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: ENRIQUE MÉNDEZ Y ROBERTO GARDUÑO.
A una semana de la irrupción en silencio y en paz de miles de indígenas que integran las bases del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un punto de acuerdo de urgente y obvia resolución, para que el Poder Legislativo y el Ejecutivo federal cumplan con los acuerdos de San Andrés Larráinzar y se emprenda un esfuerzo serio de diálogo que conduzca al derecho de los pueblos indígenas a una vida digna.
Por iniciativa de la senadora Dolores Padierna (PRD), los legisladores aceptaron los dos postulados propuestos:
Pleno cumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larráinzar para restituir los derechos de los pueblos indígenas de México, y atender sus justas demandas en materia de justicia, igualdad y autonomía.
Y el exhorto a las diversas instancias de los gobiernos federal y estatal para que de manera incluyente y tomando en cuenta las propuestas del propio EZLN, la sociedad civil, recomendaciones de organismos internacionales de expertos, de partidos políticos y otras instituciones, realice un esfuerzo serio, de diálogo y concertación de acuerdos que garanticen a la población indígena del país su justo derecho a una vida digna.
Al incluirse en el orden del día el tema de la movilización zapatista, la senadora Padierna adujo que la magnitud de la movilización del 21 de diciembre es una señal de fuerza, que ha crecido desde su irrupción, hace ya 18 años; una fuerza que se ha desestimado pero que es reconocida internacionalmente, refirió.
A casi dos décadas, la situación de este sector de la población sigue siendo lamentable. Los indígenas de México continúan siendo los eternos olvidados, los pobres de los pobres; los por siempre marginados del país... los diálogos y todas las medidas han fracasado porque la concepción indígena no ha sido entendida ni comprendida por quienes han ostentado el poder. Tal vez ahora pueda escuchase ese fuerte silencio que exige que los pueblos indígenas sean valorados, respetados y atendida su situación.
Al sostener que después de casi 20 años la población indígena continúa en las peores condiciones de pobreza, desigualdad, discriminación, olvido y marginación, concluyó.
El EZLN no pide nada, no demanda nada, todo se dijo ya. Quedó escrito incluso, y el Estado mexicano no cumplió con lo pactado. Ese silencio estruendoso no debe ser ignorado, esa dignidad que llena de orgullo es una muestra de que no todo está perdido.
Por el PRI, el diputado Manuel Añorve confirmó que el zapatismo sigue ahí, pero hoy demuestra la autenticidad de su causa con métodos pacíficos. Es indudable que la causa indígena, como aquí se ha dicho, continúa vigente, pues muchas de las demandas de comunidades y pueblos indígenas no han sido satisfechas. Pero será con expresiones pacíficas y con acuerdos políticos que los mexicanos podremos encontrar la solución a ésos y a muchos otros problemas que aún gravitan en nuestra convivencia; entre ellos, los más dañinos son la desigualdad y la pobreza, que afectan a millones de mexicanos, entre los que se encuentran nuestros hermanos indígenas como los más pobres.
El legislador priísta expresó que la sociedad mexicana tiene una deuda histórica pendiente con los indígenas. “Sabemos también que cuentan con distintas formas de organización y filiaciones políticas que deben respetarse, al igual que su idiosincrasia y sus costumbres.
Forman parte de la comunidad democrática nacional. El tema de justicia para los pueblos indígenas no puede estar ausente en cualquier acuerdo político nacional que busque ir a la raíz de la solución de nuestros problemas. Por eso forma parte destacada del Pacto por México, y no podría ser de otra manera; ahí se reconoce que siete de cada 100 mexicanos son hablantes de una lengua indígena y de ésos, ocho de cada 10 son pobres, la mitad de los cuales vive en pobreza extrema.
Por el partido Movimiento Ciudadano, Ricardo Mejía Berdeja reconoció la apertura del presidente de la mesa directiva, Francisco Arroyo, porque la movilización del 21 de diciembre significó un estruendo en la vida pública del país.
El silencio también es una forma de comunicarse y, sin duda, el silencio de ellos fue muy elocuente, porque pareciera que no pasa nada en el sureste mexicano, que es un tema propio de las hemerotecas o de la nostalgia, pero es un asunto vigente. Esta marcha silenciosa, por cinco municipios de Chiapas es un mensaje muy ilustrativo. Nosotros creemos que se debe ir a fondo en todas las medidas que se tomen en cuenta para cumplir los acuerdos de San Andrés Larráinzar, para profundizar en hacer efectivo el artículo 2 constitucional y con todas las reformas que puedan darle fortaleza a estas comunidades, las más pobres del país, las más olvidadas, las que viven no solamente desigualdad económica y social, sino desigualdad política y de salud pública.
También el senador del PVEM Luis Armando Melgar –ex director del canal 40 de televisión e integrante de latelebancada– enfocó su atención en la disposición mostrada por el gobierno federal para ofrecer tolerancia, respeto y compromiso con una agenda social que favorecerá a Chiapas y a los indígenas del estado y del país, con un ánimo de justicia, equidad y libre expresión. Por todo lo anterior debo señalar que en el Partido Verde Ecologista de México se respalda cabalmente este tipo de expresiones.
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