viernes, 28 de diciembre de 2012

No hay sometimiento del INBA al Conaculta: García Cepeda

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JUDITH AMADOR TELLO.

Para la recién nombrada directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, el recorte al sector cultural para el año venidero deberá enfrentarse con mayor imaginación, “hacer más con menos”. María Cristina García Cepeda, en entrevista, señala que “la cultura está más allá de decisiones partidistas o personales”, y plantea que la educación básica debe contener a la educación artística, “para fortalecer el tejido social”. 

Designada por Enrique Peña Nieto como responsable de la transición en el tema cultural, María Cristina García Cepeda se perfilaba como candidata a presidir el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta). Pero el viernes 7 fue designada directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet.
Habrá quien lo considere un premio de consolación, pero también quien lo equipare con haber ganado la rifa del tigre. Y es que la institución fundada el 31 de diciembre de 1946 arrastra diversos problemas y pendientes desde hace años, a los cuales se suman ahora la necesidad de incorporar las nuevas tecnologías, una reducción presupuestal y complicadas relaciones con las delegaciones sindicales del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Aunque sean graves los problemas, García Cepeda –o Maraki, como le llaman en el medio cultural– no parece amedrentarse. Con el característico tono mesurado y gentil de su voz responde a las preguntas de Proceso con optimismo y sin ánimo de confrontación o crítica hacia las gestiones panistas, no obstante que la primera de ellas, a cargo de Sari Bermúdez, sí cuestionó la labor del Conaculta que dejaba Rafael Tovar en el 2000, en el cual la exdirectora del Auditorio Nacional se desempeñó como secretaria técnica.
Su evaluación luego del breve periodo de transición, en el cual visitó veintitrés instituciones culturales, es que “cuentan con personal muy comprometido con sus proyectos, con sus responsabilidades, que sienten realmente cuál es la dimensión de la cultura para el desarrollo cultural e integral de nuestro país”.
Para ella fue “un privilegio” haber hecho la transición, le permitió ver los retos que deben afrontar esas instancias en el siglo XXI, uno de los cuales es aprovechar las nuevas tecnologías y plataformas para multiplicar el impacto de las actividades de promoción y difusión artística y cultural, “y hacer llegar sus beneficios al mayor número de mexicanos”.
En entrevista telefónica –debido a su agenda tuvo que cancelar la cita personal–, dice acerca del INBA que si bien ha sido una institución con un papel decisivo en la difusión nacional e internacional de contenidos culturales, requiere modernizar su infraestructura (no adelanta ningún proyecto específico) y adaptarse a esas tecnologías de avanzada, a fin de alcanzar espacios no habituales, formar nuevos públicos. Añade a sus propósitos lograr la excelencia artística.
La pregunta entonces es cómo. El INBA tiene 66 años de existencia y al margen de quién lo dirija, sus lineamientos generales (difusión artística, preservación del patrimonio, educación artística) se van desarrollando casi de manera natural, si bien no exento de controversias o momentos de tensión, como la reciente remodelación en el Palacio de Bellas Artes.
Dice que apenas tomó posesión como directora se ha abocado a hablar con cada uno de los coordinadores de las áreas de la institución, pues deben multiplicar sus acciones de promoción y difusión sin perder de vista la excelencia artística y educativa.
A diferencia del titular de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa, que ve difícil incursionar en la educación básica, pues se requerirían 240 mil maestros de arte (Proceso, 1885), García Cepeda considera necesario incidir en estos niveles educativos con contenidos artísticos y culturales, pues sólo así se formarán “nuevas generaciones interesadas en las bellas artes y eso les permitirá tener otra visión de la vida”.
México, enfatiza, tiene grandes talentos y es conocido en el mundo “por la calidad de sus creadores, su música, su pintura, las artes plásticas, las artes escénicas, la literatura, la arquitectura”, y es obligación del INBA seguir desarrollando ese talento; en ese sentido, dice, los programas de las coordinaciones deberán responder a lo que se entiende por excelencia.
Se le comenta que, en muchos medios, la política cultural de los sexenios panistas fue muy criticada e incluso se dijo que desmantelaron parte de lo hecho por los anteriores gobiernos. Se le pregunta si así lo percibió, pues habla de instituciones fortalecidas, gente con ganas de trabajar, y continuidad.
Explica que la indicación de Peña Nieto fue realizar una transición “eficiente y responsable”, para tener un diagnóstico de las instituciones, saber qué proyectos merecen continuar pues algunos son a mediano y largo plazo:
“Cada responsable de las instituciones ha tenido aciertos importantes en su momento. Todos han realizado acciones y proyectos enriquecedores. Quienes llegamos a las instituciones culturales debemos entender nuestra responsabilidad de servidores públicos. Estoy convencida de que la cultura está más allá de decisiones partidistas o personales e independientemente de colores o de partidos, cada una de las administraciones ha aportado.”
En su opinión se deben crear proyectos y reencauzar otros. Cita como ejemplo de esto último las nuevas tecnologías, ya impulsadas por Consuelo Sáizar, anterior titular del Conaculta. Ese es un tema a reforzar “pues quien no entienda que en el siglo XXI la promoción y la difusión de la cultura tienen que estar necesariamente muy de la mano con su uso, pues no está en el mundo contemporáneo”, si bien la nueva funcionaria no detalla.
Racionar el gasto
Entre sus propósitos está el evitar duplicidad de programas y proyectos. Y, por instrucciones de Peña Nieto, lograr la transversalidad con otras instituciones del gobierno “para potenciar los proyectos… y hacer más racional el gasto”. Menciona como ejemplo la Secretaría de Desarrollo Social.
Sin duda deberán ajustar el gasto. Pues según el proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación, el INBA sufrirá un recorte presupuestal de 30 millones 72 mil 229 pesos para el 2013. En 2012 se le autorizaron 2,915,949,986. Ahora la Secretaría de Hacienda y Crédito Público solicitó para el instituto 2,885,877,757 pesos.
La funcionaria sostiene que la austeridad no será privativa de la cultura, sino una política anunciada por el ejecutivo. Lo importante, a decir suyo, será que los programas existentes continúen y crear nuevos, “ser imaginativos… hacer más con menos”, no pensar sólo desde el punto de vista económico, sino potenciar a la institución. En este sentido dice que se buscará impulsar la participación del sector privado y nuevos mecanismos de financiamiento para evitar que la cultura caiga en la parálisis.
–Es entendible lo de la austeridad, pero quizá no en educación y cultura. ¿No es contradictorio anunciar que la cultura será un elemento para reconstruir el tejido social y reunificar al país dividido políticamente, y reducirle el presupuesto?
–La educación y la cultura son prioritarias para el desarrollo integral y social, y para reconstruir el tejido y la unidad de los mexicanos. Y puedo decir que estamos trabajando para hacer crecer nuestros proyectos. Si somos racionales en el gasto, somos más productivos, eficientes, vamos a poder multiplicar las acciones de promoción, difusión y educación para beneficio de la población. Este país debe fortalecer la eficiencia de las instituciones, principalmente de las culturales, eso se puede lograr.
–Habla de educación y de incentivar la participación de la iniciativa privada en los proyectos culturales. ¿Qué piensa del debate en torno a la relación cultura-economía vs. cultura-educación?, ¿hacia qué lado se inclina?
No se pronuncia abiertamente por alguno de los dos factores, pero enfatiza que la educación básica debe contener educación artística, pues en la medida en que se siembra en las nuevas generaciones el conocimiento cultural se fortalece el tejido social. Afirma que lo constató cuando trabajó en el desaparecido Consejo Nacional de Recursos de Atención a la Juventud (Crea), donde realizaban festivales artísticos y culturales para los jóvenes de todo el país, con música, poesía, canto:
“Enriquecían su entorno, se acercaban y me decían: ‘Maestra, eso me ha abierto los puentes de la imaginación, esto es la poesía y me encanta, me dice cosas que antes no sabía cómo expresar’. El arte y la cultura nos vuelven mejores seres humanos, debemos sembrar desde la educación básica el contacto con las manifestaciones artísticas y culturales, hacer de la cultura y las artes una presencia cotidiana.”
–¿Estrecharán entonces la relación con la SEP, con las escuelas de nivel básico, para llevar los programas de Bellas Artes?
–El INBA se dedica a la educación artística profesional y por eso hablamos de la excelencia. Y estoy convencida de que la educación artística básica está en la SEP, pero para fortalecer la educación profesional estaremos, y estamos, en permanente comunicación con la SEP.
–Para algunos de los directores del INBA los trabajadores y delegaciones sindicales han sido un problema, son un sector muy combativo que busca participar también en la política cultural y ha realizado acciones de defensa del patrimonio o de la institución, ¿cómo espera que sea su relación?
–Estaré en comunicación con el sindicato y seré respetuosa de la vida sindical, es uno de mis propósitos. Estoy convencida de que si se respeta la legalidad se podrá contar con la participación de todos los sectores de la población. La cultura debe de ser incluyente.
Se dice dispuesta escuchar todas las voces que contribuyan a fortalecer las acciones del INBA:
“Si nos dedicamos al arte y la cultura estoy segura que el sindicato y la institución podremos dialogar, construir alianzas para fortalecer la democracia, la libertad, la inclusión social, la expresión de los artistas, la libertad de expresión. Yo estaré atenta para que se tomen en cuenta a los artistas, al público, a todos aquellos actores relacionados con el desarrollo artístico, la promoción y la difusión del arte y la cultura del país. El arte y la cultura son plurales, incluyentes y pertenecen a todos los mexicanos, y todas las voces merecen ser escuchadas.”
Como directora del INBA no ha tenido aún una reunión con los trabajadores, pero sí cuando fue coordinadora de la transición, y asegura que “expresaron sus puntos de vista, hubo coincidencias, tuvimos una muy buena comunicación y aspiro a que este primer encuentro con una parte del sindicato sea el inicio de una relación muy fructífera para beneficio del desarrollo cultural de este país”.
Uno de los aspectos que los trabajadores han criticado a los directores del INBA es su sometimiento a los designios del Conaculta. García Cepeda considera que ambas instancias son vitales y que la coordinación del Consejo ha sido benéfica pues “ha evitado la duplicidad de acciones”.
Enfatiza que no hay sometimiento sino “suma de voluntades”, pues la cultura no es “un archipiélago” y el INBA trabaja con diversas instituciones, entre ellas las universidades, “ello enriquece y fortalece cualquier proyecto de política cultural”.

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