FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: ELIZABETH VELASCO C.
Deja fuera a 60% de los municipios que se encuentran en situación de carencia alimentaria, principalmente los del sur y sureste del país.
La Cruzada Nacional contra el Hambre incurre en contradicciones y limitaciones al atender a menos de 50 por ciento de los mexicanos en condiciones de pobreza extrema y carencia alimentaria, y dejar fuera a 60 por ciento de los municipios que se encuentran en similar circunstancia, principalmente los del sur y sureste del país, afirmó Federico Ovalle, secretario general de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (Cioac).
Aunado a ello, dijo, en los programas gubernamentales de combate a la pobreza y apoyo a los productores en el país se insiste en atacar las consecuencias y no las causas de la miseria, pues persisten modelos de apoyo al campo que privilegian a los grandes productores y comercializadores, incluyendo a agroindustrias extranjeras.
En rueda de prensa, en la cual anunció la participación de la CIOAC en la Cruzada contra el Hambre, Ovalle exigió ser incluido en el Consejo Nacional correspondiente, a fin de poder proponer y evaluar la eficacia de los programas que se pondrán en marcha bajo ese esquema.
Entre las observaciones que planteó a la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, es que la referida estrategia atenderá a sólo 7.4 millones de beneficiarios cuando, de acuerdo con cifras oficiales, existen 13 millones de personas en condiciones de pobreza alimentaria. Asimismo, sólo coloca su atención en 400 municipios, cuando alrededor de mil 222 se encuentran entre los más pobres, correspondientes en su mayoría a la región sur-sureste del país.
Cuestionó también el monto asignado al programa Sistema Nacional Alimentario, el cual ejerció poco más de 38 mil millones de pesos en 2012 y, paradójicamente, cuando ha crecido el número de pobres, se disminuye el monto a 37 mil millones de pesos este año.
También, subrayó, debe modificarse el modelo seguido a la fecha, pues “el hambre de millones de mexicanos se ha convertido en gran negocio para unos cuantos, y ha sido utilizado por un sector de la clase política, para perpetuarse en el poder y mantener, a lo largo de 30 años, el mismo modelo económico y político, denominado neoliberal”.
Ilustró: “En el sexenio de Felipe Calderón se invirtieron alrededor de 500 mil millones de pesos en programas sociales y creció el hambre y la pobreza, no por la falta de dinero, sino porque el 96 por ciento de los recursos del Programa Especial Concurrente (PEC) -305 mil millones de pesos en 2012, destinados a los productores en condición de pobreza-, han ido a la bolsa de los grandes productores y comercializadores, y sólo cuatro por ciento a los pequeños y medianos productores del campo.
A su vez, Emilio López Gamez, secretario de Capacitación Política de la CIOAC e investigador de la Universidad Autónoma Chapingo, destacó que en el México “de la era neoliberal” , de 112 millones de mexicanos, 52 millones viven en condiciones de pobreza; 13 millones en extrema pobreza, y 28 millones padecen carencias alimentarias y desnutrición.
Aunado a ello, creció el desempleo y 60 por ciento de la población económicamente activa se encuentra en la informalidad y el subempleo. Pese a ello, con Calderón se crearon por año medio millón de puestos de empleo, cuando se requieren un millón 200 mil.
El investigador de Chapingo destacó también que la canasta básica alimentaria rural registró un incremento del ciento por ciento en el último semestre, en tanto que persiste la disparidad en el ingreso: “los municipios con mejor ingreso tienen en promedio nueve mil pesos mensuales, pero en los más pobres es apenas de 450 pesos mensuales, como sucede en Chalchihuitán, en Chiapas, o en diversas zonas de Oaxaca”.
El atraso, dijo, es mayor en las comunidades indígenas. “En el país, siete de cada cien mexicanos son hablantes de una lengua indígena. De éstos, ocho de cada 10 son pobres, la mitad de los cuales vive en pobreza extrema”.
Ovalle Vaquera destacó que el Estado mexicano tiene ante sí retos de proporciones mayores, para lo cual se requiere “un pacto integral, profundo, de largo alcance, que consolide a México como una democracia política y socialmente eficaz”.
Dicho pacto, consideró, “debe formarse con los puntos coincidentes de las diversas visiones políticas de México; comprometer al gobierno e incluir a las principales fuerzas políticas y sociales que estén dispuestas a impulsar un conjunto de iniciativas y reformas para realizar acciones efectivas para que nuestro país mejore”.
Insistió en que no basta el reparto de despensas, ni convocar a la población a la aportación de alimentos. “Es muy romántico, pero lo fundamental es incentivar al pequeño y mediano productor”.
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