FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: ADRIANA AMEZCUA.
Aunque no había causal de impedimento, al desconocer el asunto, el consejero García Ramírez no debió participar en votación dicen expertos.
Sergio García Ramírez no estuvo presente en el momento en que los consejeros electorales votaron el punto nodal de la sesión: si había que sancionar al PRI o no por abstenerse de comprobar los gastos de más de 50 millones de pesos triangulados vía más de siete mil tarjetas Monex.
El consejero electoral reapareció el miércoles pasado en el salón del pleno cuando la votación se había empatado 4 a 4. Pidió la palabra.
Dijo que pese al señalamiento de su amistad de 40 ó 50 años con algunas personas y empresas aludidas en el caso no se había excusado “formalmente de participar en el denominado caso Monex”.
En julio pasado, el ex secretario general del PRI reconoció en una misiva ser amigo de la familia Fraga cuya empresa, Efra, se relacionó con el PRI y las tarjetas Monex. El también ex titular de la PGR decidió retirarse de las discusiones y votaciones de la Comisión de Quejas del caso Monex. Pero pidió a sus “colegas” decidir si debía excusarse de la votación del miércoles pasado o no.
Uno a uno los consejeros avalaron que interviniera en una votación fundamental en materia de fiscalización a los partidos políticos. No lo vieron impedido a hacerlo.Solo que la consejera Macarita Elizondo precisó que con tal decisión se pasaba por alto el Artículo 23, párrafo tercero, del Reglamento de Sesiones del Consejo General. Su intención “debió haberse formulado siempre y cuando se efectúe previo al momento de iniciar la discusión del caso particular”. Lo que no ocurrió.
El presidente Leonardo Valdés salió al fin dando al punto:
“No alcanzo a encontrar ninguna razón para que el consejero García Ramírez no participe en la determinación de este proyecto de resolución”.
La votación se terminó inclinando 5 a 4 por exonerar al PRI de pagar una multa prevista en 75 millones de pesos. Sanción por los gastos no comprobados que formaron parte de un “mecanismo paralelo de financiamiento con empresas fantasmas”, como le llamó el senador Javier Corral.
Consultado sobre lo ocurrido el miércoles, Jaime Cárdenas, ex consejero del IFE, dijo que el Código Federal de Procedimientos Civiles y la ley orgánica del Poder Judicial establecen cuando un juez o autoridad tiene interés, amistad, odio, parentesco debe excusarse.
Esto procesalmente significa no participar del conocimiento del asunto y de la decisión. “Si no te excusas puedes incurrir en una responsabilidad o la parte contraria puede solicitar tu recusación”, sostuvo el abogado.
Lo cierto es que en la resolución o sentencia García decidió participar. Y a Cárdenas le extraña que los consejeros no argumentaran que, aunque no había ninguna causal de impedimento, al desconocer el asunto, no podía participar. “Es un asunto de lógica jurídica… A mí me parece muy mal”.
No entiende que ningún consejero haya manifestado objeción respecto al proceder de García.
“Es como si un juez resolviera una sentencia sin conocer el proceso… se estaría violentando el principio de inmediación procesal”.
Los expertos consultados por Reporte Indigo señalaron que, por congruencia, García Ramírez no debió haber intervenido en la votación. Y que eso pone a la vista un tema: el control del IFE.
La rara sesión del IFE
Javier Aparicio no recuerda un caso del tamaño de Monex donde un consejero se hubiera excusado de intervenir por conflictos de interés.
El profesor del CIDE dice que la sesión del miércoles pasado del IFE tuvo fallas en las formas y el fondo.
El que en la votación general el consejero García Ramírez no estuvo presente y reapareció en la segunda ronda es algo que “se ve mal. Si te abstuviste en lo general, te abstiene en lo particular... No se pronuncia en nada pero a la hora de la votación, vota”, dice el economista.
Aunque eso no es ilegal sí termina por contradecirse. Otra cosa “rara” que detecta es la consulta que el consejero hizo a sus colegas.
“Él les pide permiso, ¿eso qué es, una votación informal? No tiene un status jurídico, claro, preguntarle a tus compañeros: me dan chance de votar, cómo ven”.
Más allá de todas las cosas extrañas que ocurrieron en la sesión del miércoles, Aparicio dice su preocupación de fondo es tener “cómo llegamos a este momento en que tenemos consejeros que enfrentan este tipo de problemas”.
El de García Ramírez es doble. Por un lado tiene fuertes credenciales priistas que nunca ha rechazado. “¿Por qué llego al Consejo General alguien con esa vinculación partidista si se trata de tener un órgano independiente y autónomo?”
Y lo otro es que “¿no podemos tener consejeros que no estén vinculados con la banca, un órgano financiero o el partido?”, inquiere Aparicio.
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