FUENTE: PROCESO.
El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, y el director del Instituto Nacional de Antropología, Sergio Raúl Arroyo, se deslindaron por separado de las acusaciones de corrupción hechas por congresistas estadunidenses que tienen a su cargo la investigación sobre presuntos sobornos otorgados por ejecutivos de Walmart a políticos mexicanos para permitir la apertura de tiendas, entre ellas la de Teotihuacán.
Ayer, los legisladores Elijah E. Cummnings y Henry A. Waxman difundieron una carta en la que se informa que el Sergio Raúl Arroyo recibió una “donación” de 500 mil pesos y un “regalo irregular” de 400 mil pesos por parte de la empresa, y que representantes del PRI y PRD también recibieron un total de 1.2 millones de pesos.En el caso particular de Graco Ramírez, aparece en un e-mail presentado como prueba, en el que se consigna que fue el principal contacto para negociar la entrega de 2 millones de pesos, que se pagaron en ocho partes entre 2003 y 2004, para facilitar la apertura de tiendas.
Luego de que la noticia rebotó en el país, el gobernador de Morelos echó mano de las redes sociales para enfrentar las acusaciones que lo señalan como uno de los personajes clave en el escándalo de los supuestos sobornos de la empresa Walmart.
En su cuenta personal de Twitter, el mandatario morelense calificó de absurdos los señalamientos y adelantó que interpondrá una denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) por daño moral.
Ramírez aseguró que las acusaciones de corrupción en su contra son “una campaña de lodo”, y agregó que el tema señalado por “un funcionario menor” de esa cadena de supermercados “es una absoluta calumnia”.
Añadió:
“Nunca me he reunido y tampoco he concertado pagos. Yo no era diputado”.
Quien suscribe esa infamia, dijo, tendrá que probarlo.
“Demandaré ante PGR y por vía civil esta calumnia por daño moral. Era dirigente del PRD en Morelos y no hacia gestiones gobierno AMLO en DF”, escribió el mandatario morelense.
En declaraciones a Radio Red, el mandatario morelense aseguró estar sorprendido con la denuncia.
“Estoy sorprendido, como cuando uno se entera de algo que no sé ni cómo ocurrió, ni a qué hora fue, ni por qué lo hicieron. Yo quiero decir con absoluta verdad que yo no tengo contacto con Walmart, nunca lo he tenido, no soy un político que tenga que ver con ese tipo de actividades (de soborno)”, reiteró.
Aseguró que el presunto correo que se presenta como prueba en su contra señala que él era congresista y contacto con funcionarios del PRI y del gobierno, pero en aquel entonces, indicó, era dirigente del PRD.
“En ese tiempo no era congresista, yo desde el 96 o 97 terminé como diputado y hasta el 2006 volví a ser senador, era dirigente del PRD en Morelos y en ese tiempo me reincorporé a la dirección nacional del PRD y estaba yo viajando en varias entidades”, sostuvo.
El director del INAH, Sergio Raúl Arroyo, quien llega por segunda vez a esa dependencia, también negó los señalamientos que se le imputan. Sostuvo que en el “INAH no hay ningún indicio de corrupción”.
Según el funcionario, el origen el escándalo tiene que ver con una “guerra comercial”, en la que ponen al INAH de por medio”.
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