FUENTE: LA JORNADA
AUTOR: ARIANE DÍAZ.
Permanece hospitalizado; tiene un pulmón perforado y un desgarre en el pecho.
Pablo tiene 40 años, la cara partida en dos, un pulmón perforado y un desgarre en el pecho cerca del corazón. Pese a su gravedad, los médicos lo reportan estable, informan sus familiares, entre ellos su primero Víctor Arizpe.
“Es un héroe”, asegura a su vez su hermano. “A pesar de sus heridas ayudó a la gente que pudo a salir. Un señor me agradeció porque salvó a su esposa”, dice con la voz quebrada.
En entrevista por separado, Amós cuenta que hablaba por teléfono con su papá, Abel Luna, trabajador de Personal de Pemex, cuando escuchó y sintió la explosión -él trabaja en el edificio contiguo al anexo B de la Torre- y de inmediato acudió al lugar, de donde lo rescató pues “estaba bajo dos metros de escombro”.
Aún lo encontró consciente y aunque su heridas no son de gravedad, no ha podido contarles lo que vivió porque “está muy adolorido y apenas puede hablar”.
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