El senador perredista Manuel Camacho Solís señaló que la caída de Elba Esther Gordillo plantea una encrucijada entre el fortalecimiento del autoritarismo presidencial o la posibilidad de reforzar un régimen democrático.
“Es una encrucijada para todos. Ojalá que tengamos la serenidad, la lucidez para que el momento no nos rebase y desaprovechemos la oportunidad o bajemos la guardia”, dijo en entrevista con Noticias MVS primera emisión.
Para Camacho Solís, es necesario que se diseñe una estrategia de transición diferente a la que llevó a Gordillo al poder, pues un “golpe de mano” podría ser contraproducente para el gobierno. “La solución de transición no puede irse a los mismos métodos, eso contribuiría a la deslegitimación de las instituciones”, opinó.
Sobre la posibilidad de descentralizar el poder del sindicato y trasladarlo a los gobiernos estatales, el perredista enfatizó que la traslación del poder a los mandatos locales no ha derivado por sí sola en más democracia y sopesó el riesgo de que “trasladarlo a ‘virreyes’ que no están sujetos a control sea un error adicional”.
Llegada de Gordillo al SNTE fue en una “circunstancia política diferente”
Durante su intervención en Noticias MVS primera emisión, Camacho Solís fue cuestionado por el periodista Ricardo Raphael sobre su injerencia en la designación de Gordillo al frente del sindicato en 1989, tras la salida de Carlos Jonguitud.
Al respecto, defendió que había sido una “circunstancia política diferente”, ya que entonces había una gran presión del movimiento magisterial impulsado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), brazo disidente del gremio, y eso llevó a la caída de Jonguitud.
“El gobierno se vio en la disyuntiva de dar una salida política o usar métodos represivos contra el movimiento. Lo que se hizo fue reconocer la fuerza de la Coordinadora”, arguyó.
“Me siento muy bien de haber tenido esa posición en un momento decisivo”, dijo. Añadió que en ese momento también contribuyó a redactar los nuevos estatutos del SNTE, y reconoció que eso fue lo que le dio poder a Gordillo. Sin embargo, acotó que “el problema no estuvo ahí, sino en la postura de los presidentes…que se dejaron influir, mangonear”.
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