El senador del PAN escribe en 'El Universal' un artículo sobre presuntos interese detrás de los ataques al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai) y cómo a algunos sectores buscan regresar a épocas en las que gozaban de impunidad.
Javier Corral Jurado/ El Universal
26 de febrero 2013
No hay democracia real, sin transparencia; ésta se consigue en el efectivo acceso a la información pública. Sobre este principio se erige el sistema de rendición de cuentas y con él se combate la corrupción. Los gobiernos del PAN en la Presidencia de la República apostaron por este valor fundamental y lo plasmaron en la Constitución y en la ley. Hicieron del IFAI una institución de prestigio y referente acreditado a nivel internacional. Siendo promotores los gobiernos de Fox y Calderón, fueron los primeros sujetos de ese escrutinio, que en no pocos casos se magnificó y se extendió hasta el escándalo, el primero fue por el precio de unas toallas.
En el mismo lapso las entidades federativas no tuvieron ese contrapeso, gozaron de una impunidad a sus anchas, no sólo no avanzaron a la par del gobierno de la República, sino que fabricaron normas empequeñecidas en sus criterios de exigencia y constituyeron órganos “garantes” al contentillo del Ejecutivo local en turno; se montó una gran simulación en el ámbito local, donde la opacidad es la base del saqueo que se produce a manos de los gobernadores. Tabasco y Chiapas son ejemplos de ello, en el burdo manejo de Andrés Granier y Juan Sabines. Lo es también el caso de Chihuahua, donde he documentado el ratereaje en Pensiones Civiles del Estado.
Frente a esta disparidad entre lo federal y lo local, como reconocimiento a esa realidad de regresión en los estados, el Senado aprobó en diciembre pasado una importante reforma a la Constitución para dotar de plena autonomía al IFAI, hacerlo órgano nacional, ampliarle competencias, permitir principios y criterios que normen el acceso a la información en todos los órdenes del gobierno. Se adicionó nuevos sujetos obligados: partidos políticos, sindicatos y fideicomisos públicos y privados que manejen fondos públicos. Tras una larga discusión se le eliminó también al Presidente de la República la facultad de nombrar a los comisionados; éstos serán elegidos por el Senado, y en todo caso, los podrá objetar el Presidente. Se integrará por siete comisionados.
En los transitorios de la reforma se determinó que los actuales comisionados permanecerían en su cargo hasta concluir su periodo, y sólo se incluyó la elección de dos nuevos. En ese entonces el PRI fingió acompañar la reforma con todas sus consecuencias, pero pronto nos ha demostrado su doble juego, con el propósito de generar una recomposición total del IFAI para conseguir un órgano más a modo de Peña Nieto.
A partir de la polémica suscitada en el IFAI tras la elección de su nuevo Presidente Gerardo Laveaga y las acusaciones realizadas por Ángel Trinidad Zaldívar, se ha puesto en marcha una operación de magnificación del conflicto y embate a la institución, para desprestigiarla, debilitarla, incluso hacerla aparecer como un organismo corrompido, ineficaz. La campaña de desacreditación se endereza, sin lugar a dudas, desde el PRI-Gobierno. Fue clarísimo para qué se convocó a comparecencia a los integrantes del IFAI en el seno de las comisiones unidas de Gobernación y Anticorrupción del Senado y las voces que llevaron la voz cantante en el intento de vulnerar su imagen. El fin de año pasado se les llenaba la boca de elogios y loas al trabajo profesional de los comisionados, y luego ahora, a partir de la conducta presuntamente irregular de una de sus integrantes, se les quiere pasar a cuchillo a los cinco. Se levantó una singular fiscalía que por lo demás queda como antecedente para el resto del sexenio.
Nunca sospeché la dimensión que cobraría la corriente anti-IFAI, las ganas que muchos le traen al organismo. Creo que eso habla en su favor pues debe ser proporcional al número y peso de los intereses afectados en su acción de desvelar las amplias zonas de secrecía y oscuridad en la que quisieran volverse a proteger los corruptos.
Más allá de la diatriba, de la “coyuntura crítica” como la llamó Jacqueline Peschard y, en efecto, del deslinde que tendrá que hacerse de responsabilidades por cualquier irregularidad que se acredite, los números avalan al IFAI y la contundencia de sus resoluciones para abrir y transparentar el ejercicio público en México son su mejor defensa. Lo importante es la minuta que se encuentra en la Cámara de Diputados; han pasado más de dos meses y medio de que, con inusitado impulso, el PRI se envolvía en la bandera del acceso a la información. Pero alguien ya se arrepintió y parece ser muy poderoso. No me trago el garlito de que el intento de socavar la actual integración del IFAI es un empeño exclusivo del binomio legislativo bicamaral Manlio Fabio Beltrones-Pablo Escudero. Las voces que ayer se alzaron en el Senado para atizar la hoguera, son personas cercanas al Presidente de la República.
Hay que estar alertas porque en nombre de la “ética” se está creando un ambiente para justificar el cambio de todos los comisionados. Sería funesto para nuestra democracia que prosperara la intentona, otro signo más de la regresión autoritaria que se instala ya en varios ámbitos con el regreso del “nuevo PRI”.
Senador por el PAN
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