FUENTE: PROCESO.
AUTOR: GLORIA LETICIA DÍAZ.
MEXICO, D.F: El expresidente del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre las Desapariciones Forzadas, Santiago Corcuera, se sumó a la exigencia para que el presidente Enrique Peña Nieto indague la suerte de los más de 26 mil desaparecidos que heredó del gobierno de Felipe Calderón.
“Tenemos que exigir que nos digan dónde están o qué les pasó, aunque no hay Poder Judicial ni Procuradurías que aguanten una lista de tales dimensiones, queremos ver no nada más intenciones, sino búsqueda y localización”, dijo el también académico de la Universidad Iberoamericana (Uia).
En la presentación del libro Desaparición forzada y terrorismo de Estado en México. Memorias de la represión de Atoyac, Guerrero, durante la década de los setenta, Corcuera Cabezut sugirió depurar la lista dada a conocer por la Secretaría de Gobernación (Segob).
Con esa relación de 26 mil 121 personas desaparecidas, acotó, al menos “ya tuvieron el valor de aceptar que existe”.
No obstante, resaltó que existen claras diferencias en el tipo de desapariciones de acuerdo con el presunto autor del ilícito; por un lado, explicó, la desaparición forzada es la sustracción de una persona por agentes del Estado o con la aquiescencia de éste, y está considerado un crimen de lesa humanidad.
Por otra parte están las ausencias clasificadas como “personas no localizadas, extraviadas, secuestradas, privadas de su libertad (provocadas) por agentes particulares”.
Luego explicó la urgencia de hacer la distinción, porque de no ser así, al aceptar la lista entregada por Gobernación “lo que estamos haciendo es diluirle la responsabilidad al Estado”.
Es más, acotó, “el gobierno tiene que decir ahora cuántos de los más de 26 mil casos son atribuibles a agentes de la Marina, el Ejército, a la policía del Instituto Nacional de Migración, a las policías preventivas de cada estado de la República”.
Frente a la “negra herencia” de Calderón, Corcuera propuso mantener la exigencia al gobierno de Peña Nieto para obtener resultados y “para que el ungüento de la esperanza se vaya esparciendo a lo largo de los familiares de los desaparecidos”.
Corcuera Cabezut insistió en no cejar en la demanda de verdad y justicia, toda vez que está la experiencia previa de los desaparecidos de la llamada guerra sucia de los setenta y ochenta, sin que hasta ahora se tengan resultados.
El académico también ponderó como de enorme valor jurídico la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) contra México por el caso de la desaparición forzada de Rosendo Radilla, ya que “revolucionó el sistema jurídico mexicano”.
No obstante, lamentó que desde que se emitió la resolución interamericana hasta ahora, “los ministerios públicos hacen como que buscan para no encontrar”.
Perito consultado por la CoIDH para la resolución del caso Radilla, Concuera recordó que el origen del litigio estaba en la necesidad de los familiares de las víctimas de encontrar a sus familiares y no sólo a Rosendo Radilla.
En la presentación del libro, que inicialmente fue compilado por Andrea Radilla Martínez, hija del dirigente campesino desaparecido, también participó el padre Miguel Concha Malo, director del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, quien se refirió a los obstáculos de familiares de desaparecidos durante la guerra sucia en su lucha por verdad y justicia.
Concha Malo advirtió sobre la existencia de una estrategia para “invisibilizar la desaparición forzada del espectro nacional”, de ahí que hizo un reconocimiento a los patrocinadores de la obra, la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de México (Afadem), a la que pertenece otra de las hijas de Rosendo, Tita Radilla Martínez, por mantener vigentes estos testimonios.
El padre Concha dijo que el libro, también auspiciado por la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), es una muestra de cómo “la tristeza sumergida en el dolor se trasforma en tristeza militante”.
A la presentación acudieron los colaboradores Claudia Rangel Lozano, Evangelina Sánchez Serrano y Francisco Ávila Coronel, así como el secretario de asuntos internacionales de Afadem, Julio Mata Montiel.
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