AUTOR: GEORGINA HOWARD.
La aerolínea lleva más de 28 meses sin operar y cada vez que aparece algún inversonista, se rechaza su oferta.
Son ya 28 meses con la aerolínea en tierra: las opciones se acaban y la situación empeora. El último rescate fallido fue el de Iván Barona y BF International Mining Traders, descartado por la juez rectora del concurso mercantil, Edith Alarcón, por no haber desembolsado los 300 millones de dólares requeridos.
Según Alarcón, Barona presentó fuera del plazo de 10 días fijado por el juzgado, un documento llamado letra de cambio internacional por 150 millones de dólares para la adquisición de Mexicana y sus filiales.
Mexicana de Aviación está como al principio. Espera un nuevo concurso para inversionistas que quieran adquirir la aerolínea, siempre y cuando acrediten solvencia financiera.
La capitalización debe cubrir los mil 325 millones de pesos que la línea aérea adeuda a Banorte, más 780 millones a Bancomext.
Los interesados deberán demostrar, en un plazo de 10 días hábiles contabilizados a partir de la publicación legal de la convocatoria, que cuentan con 100 millones de dólares visibles y verificables en una entidad financiera nacional o extranjera.
Por lo pronto, el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares, Miguel Ángel Yúdico, confirmó que presentarán un documento a la juez “para solicitar sean tomados en cuenta para adquirir a Mexicana”.
Sin embargo, el empresario Iván Barona, del grupo BF International Mining Traders, aseguró que se entregó en tiempo y forma el documento equivalente a 150 millones de dólares solicitado por la juez concursal.
El rechazo evidencia, de nuevo, que la autoridad no quiere se descubra que pretenden quebrar Mexicana de Aviación. Gricelda Nieblas, directora del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles, confirmó que solo el grupo regiomontano Fides Gestión Financiera y otro grupo, cuyo nombre omitió, fueron admitidos en el proceso de convocatoria abierta lanzado el 10 de enero.
De acuerdo con Alarcón, la letra de cambio que entregó Barona “no aporta ningún elemento novedoso de prueba, que justifique a plenitud que ante las instituciones financieras de la República Mexicana, dicho documento es financieramente líquido, o bien, que éste ha sido monetizado y tenga la disponibilidad inmediata de los recursos”, como lo exige la convocatoria.
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