FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: CÉSAR CEPEDA.
Para la próxima Asamblea Estatal albiazul, cuando en mayo se renueven los 60 consejeros, los líderes de la neocúpula estarán obligados a cabildear con la División del Norte, que ahora tiene su propio capital político en votos.
Los tiempos en que la denominada neocúpula del PAN tenía el poder total para imponerse en los procesos internos y exterminar a sus rivales han concluido.
Y seguramente nunca regresarán.
En la próxima Asamblea Estatal del PAN, la Santísima Trinidad estará obligada a negociar votos y concretar alianzas con viejos aliados que hoy se han declarado en insurgencia contra su control.
Porque el surgimiento de la División del Norte, como se hace llamar esta corriente interna, está forzando a pactar y negociar por primera vez al triunvirato ejercido por Fernando Larrazabal, Raúl Gracia y Zeferino Salgado.
Esta corriente, encabezada por los panistas José Serrano Montoya e Iván Garza Téllez, exoperadores de la neocúpula albiazul, presume contar con mil 100 votos en los padrones de Monterrey, Santa Catarina y la zona rural.
Este poder político convierte a la División del Norte en un jugador importante para la próxima elección de consejeros estatales panistas.
El próximo 5 de mayo se celebrará la Asamblea para renovar a los 60 panistas que conforman el Consejo Estatal, máximo órgano de gobierno del PAN de Nuevo León.
En la actualidad el Consejo está prácticamente conformado por panistas identificados con Raúl Gracia, Fernando Larrazabal y Zeferino Salgado, líderes históricos de la neocúpula.
En los próximos meses este control casi absoluto se va a reconfigurar principalmente por la aparición de nuevos liderazgos como el de la alcaldesa Margarita Arellanes y el del alcalde Ugo Ruiz.
Y allí estará la División del Norte, que además cuenta con un grupo de panistas conformado por funcionarios del Municipio de Monterrey.
Reporte Indigo publicó ayer que la neocúpula albiazul que domina el PAN de Nuevo León vive el cisma más grave de su historia con el desprendimiento de este grupo que se hace llamar la División del Norte.
Esta célula –que toma el nombre del ejército de Pancho Villa- es impulsada por funcionarios regios como el regidor Benancio Aguirre, José David Gutiérrez y Arnoldo Ledezma, pero es encabezado por José Serrano e Iván Garza Téllez.
Entrevistado ayer por Reporte Indigo, el diputado federal del PAN, Fernando Larrazabal, señaló que el surgimiento de grupos que exigen espacios es una situación normal antes de un proceso interno como la renovación del Consejo Estatal.
“Yo creo que en Acción Nacional frente a la Asamblea se tienen que escuchar todas las voces, todos los panistas tienen derecho a manifestarse y su derecho de hacer alianzas con cara al proceso que está por venirse con el proceso del Consejo local”, explicó el exalcalde de Monterrey y uno de los líderes históricos de la neocúpula.
También consideró que existen condiciones para que el grupo que encabeza junto con Raúl Gracia y Zeferino Salgado alcancen acuerdos con estos nuevos grupos, como el de la División del Norte.
“En la política y en el partido es de hacer acuerdos y de hacer alianzas, y unir diferencias y las diferencias siempre han sido menores a las coincidencias”, señaló Larrazabal.
“Yo estoy seguro que con estos panistas y personajes que participan en algunos grupos, pues tenemos que encontrar las coincidencias, para que éstas sean las que nos fortalezcan como partido”.
Larrazabal responde: ‘no hay rompimiento’
El exalcalde de Monterrey, Fernando Larrazabal, rechaza que la insurrección del grupo denominado División del Norte represente un rompimiento en la neocúpula panista que lidera junto con el senador Raúl Gracia y Zeferino Salgado.
“Yo no veo ningún rompimiento”, asegura el diputado federal del PAN en entrevista con Reporte Indigo.
“La única División del Norte que yo conozco fue la que encabezó Villa con el general Ángeles y que se topó con Carranza y con Obregón. Yo pienso que no hay tal división en el partido”.
Sin embargo, Larrazabal se refiere indirectamente a este grupo de panistas que se ha desmarcado del control de la denominada Santísima Trinidad y han decidido jugar sus propias cartas en la próxima renovación del Consejo Estatal programada para el 5 de mayo.
“Hay alianzas que perduran, como las que hemos tenido algunas personas en el partido, y alianzas coyunturales, que van con un objetivo, pero que a la larga se van desvaneciendo”, advierte Larrazabal.
El exedil regio dice conocer a José Serrano Montoya e Iván Garza Téllez, panistas que encabezan esta nueva corriente albiazul vinculada con la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes.
Larrazabal considera válido el reclamo de espacios y posiciones dentro del PAN que están realizando estos panistas.
“Yo espero que todas esas fuezas hacia el interior del PAN queden representadas en el Consejo y podamos juntos construir un partido fuerte para el 2015”, señala el legislador federal.
“Son válidos los liderazgos que emergen del partido y habrán de ser recibidos y escuchados.
“Habrá personas, alcaldes o distinguidos panistas que tengan igualdad de pensamientos con algunos grupos y espero que todas esas inquietudes, todas esas fuerzas sean representadas en el próximo Consejo Estatal y que toda esa inercia y energía que tienen sirva para que el partido recupere la gubernatura en el 2015”.
Reporte Indigo buscó también conocer la postura del senador Raúl Gracia, pero el líder de la neocúpula rechazó hacer públicamente comentarios sobre este cisma que se vive en el grupo que lidera junto con Larrazabal y Zeferino Salgado.
Así también se le hizo llegar al exalcalde de San Nicolás, Zeferino Salgado, una petición de entrevista.
Pero el exalcalde nicolaíta y también exdirector de la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de Nuevo León, simplemente no respondió a esa solicitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario