FUENTE: LIBERTAD JUCHIMAN/ALQUIMIA
AUTOR: HUGO MACIAS GUTIÉRREZ.
En Tabasco en los últimos veinte años hemos visto un creciente interés por parte del ciudadano común y en particular de medios y comunicadores por analizar el rol de la comunicación política en nuestro país y en nuestra entidad.
La comunicación política es antes que ninguna otra cosa, actividad política en sí misma (Gerstlé, 2005), es un "proceso interactivo relativo a la transmisión de información entre los actores políticos, los medios de información y el público" (Norris, 2000). En este proceso, la tensión, el conflicto y la polémica están siempre presentes ya que cada actor realiza su propia interpretación política de la situación y la transmite a otros.
El área de Comunicación Social del Gobierno Estatal debe aspirar a cumplir con el rol de brindar a los ciudadanos información sobre las políticas del gobierno, es su obligación establecer un feed back permanente con los ciudadanos, quienes deben tener acceso a la información pública y ante quienes el gobierno debe rendir cuentas de su gestión. Es en este sentido que se llama también comunicación gubernamental al "conjunto de recursos técnicos y humanos organizados y destinados a realizar funciones informativas y periodísticas, capaces de contribuir a una correcta transparencia y publicidad en la ejecución de las políticas públicas.
Bajo esa premisa aparece la figura de los medios de comunicación, prensa, radio y televisión que con su ejército de reporteros y periodistas compiten por la información gubernamental a fin de transformarla en noticia y difundirla a sus ávidos lectores. Pero no olvidemos que los medios no sólo transmiten información, también sirven de filtro al seleccionar, agendar y jerarquizar la información de acuerdo a sus propios intereses.
Es importante que el trabajo de comunicación y difusión gubernamental no caiga en los hierros de administraciones pasadas, una especie de guerra mediática entre medios oficiales y opositores, quedando en el centro la ciudadanía, que también es marcada por esa polarización, lo que representa un reto para fortalecer el derecho de acceso a la información pública. Tal como hizo el Gobierno Granierista (en Tabasco) que optó por reducir los espacios y sólo utilizar algunos medios para informar, con el propósito de impedir que la ciudadanía y la oposición diera cuenta a fondo de los errores de sus funcionarios.
La independencia y el pluralismo de los medios de comunicación son en realidad condiciones previas para que prospere la democracia, pero en el momento en que estamos viviendo, se considera se ha impuesto una ética en donde predomina la creencia de que la ética individual o a lo sumo grupal es lo prioritario, diluyéndose la moralidad de lo público y del bien común.
Con madurez debemos asumir y estar de acuerdo que no debería permitirse que cualquier persona sin preparación, sin ética, y muchas veces mal intencionada, tenga acceso a micrófonos ni a otros medios de información en nuestro Estado o nuestro País, porque se constituyen en ejemplos negativos para nuestra sociedad. Sería deseable que de manera conjunta la instancia gubernamental pertinente con la sociedad revisen, corrijan y reencausen la forma en que algunos medios y comunicadores denostan bajo el pretexto de la libertad de expresión, la imagen incluso de funcionarios de Gobierno y atacan los principios morales y éticos de la sociedad.
Es necesario que medios y periodistas asumamos un papel responsable en el escenario del debate político-social redoblando esfuerzos por realizar investigaciones periodísticas veraces y escrupulosas antes de publicar sobre un hecho o suceso, se debe evitar esa tendencia de unos cuantos de erigirse en jueces que deciden sobre lo correcto y lo incorrecto, descalificando el trabajo de funcionarios y actores públicos cuando recién inician su gestión. La mayoría de los tabasqueños pugnamos por un cambio y una alternancia, es momento que como comunicadores actuemos con responsabilidad al difundir nuestras informaciones a la ciudadanía respecto a las fortalezas, debilidades o limitaciones de nuestras Instituciones democráticas, que la mayoría de las veces son sometidas a comentarios o críticas inapropiadas, que en vez de contribuir a superar sus propias debilidades o carencias, se propicia al surgimiento de corrientes autoritarias que atentan contra la propia libertad de expresión y la propia democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario