FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: ROSA ELVIRA VARGAS.
Al presentar su informe de labores, Raúl Plascencia insistió en que hay un impacto negativo en el ejercicio de los derechos humanos y sostuvo que la policía, al no cumplir su función, “se vuelve generadora de la violencia”.
México, DF. El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Placencia, se sumó a la condena por el ataque contra turistas españolas ocurrida en el puerto de Acapulco, y pidió una actuación eficaz e inmediata para esclarecer estos hechos.
En la residencia oficial de Los Pinos, donde presentó el informe correspondiente a las actividades de la CNDH en 2012, el ombudsman nacional reiteró su planteamiento en el sentido de que ha habido un impacto negativo en el ejercicio de los derechos humanos, motivado por los enfrentamientos entre autoridades y la delincuencia y que los choques entre los grupos del crimen organizado, fueron la principal causa de las muertes violentas ajenas a los hechos , -de las pugnas entre bandos- con 34 casos el año pasado.
Asimismo se refirió a las situaciones de autodefensa como los que actualmente se presentan en algunas comunidades de Guerrero. Dijo que son una señal que debe alertar a las autoridades para proveer seguridad pública y evitar que esas acciones se produzcan.
Indicó entonces que una vía segura para recuperar la paz en el territorio nacional es con fuerzas de seguridad pública, profesionales y que actúen con honestidad, rectitud y ética. “Los cuerpos de seguridad pública deben ser los primeros en preservar la ley, pues si no cumplen su función, se fomenta y alimenta la proliferación de grupos criminales y la policía se vuelve generadora de la violencia que debe combatir” indicó.
Raúl Placencia detalló las acciones de la comisión a su cargo, y puso énfasis entre otros en el “ambiente adverso” que encararon en 2012 los periodistas y los defensores de derechos humano”. Para los primeros pidió agotar las investigaciones pendientes en los casos específicos donde han sido atacados; y para los segundos exigió garantías para que su actividad no se vea cuartada y amenazada.
Dijo que las mujeres siguen sufriendo diversas formas de violencia y discriminación y fue entonces cuando particularizó; “eventos como el de Acapulco, ameritan la intervención del Estado; no hay justificación y se debe investigar y llevarlo a a sus últimas consecuencias”.
Por último y con la presencia en el salón Adolfo López Mateos entre otros, el embajador de Estados Unidos Antony Wayne, el ombudsman nacional se refirió a las reformas constitucionales en materia de derechos humanos, como uno de los mayores avances en la materia desde la promulgación de la Carta Magna en 1917.
En ese sentido secundó al presidente Peña Nieto en el planteamiento de buscar estrategias que permitan lograr que esos derechos se hagan efectivos, que vayan de la letra a la realidad. El abuso de poder, la falta de acciones, la negligencia -aseguró entonces- no sólo no son actos éticos, sino además se trata de conductas reprobables, que “lastiman a las víctimas y dañan el proyecto de nación que tenemos los mexicanos.
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