FUENTE: PROCESO (5 FEBRERO DEL 2013).
La Fiscalía del Vaticano recibe en promedio 600 denuncias al año por abusos sexuales de clérigos en contra de menores en todo el mundo, reveló hoy el fiscal vaticano, Robert Olliver.
También indicó que 2004 fue el año con el mayor índice de denuncias interpuestas al llegar a 800, y que la mayoría de los crímenes de sacerdotes contra menores se registraron entre 1965 y 1985.
Olliver, quien asumió la fiscalía del Vaticano el viernes pasado, reveló durante una conferencia realizada en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma que “los episodios (abusos) provienen de diversas partes del mundo sin grandes distinciones”.
El fiscal para los delitos graves de los sacerdotes fue designado en diciembre para sustituir a Charles Scicluna, quien llevó importantes procesos como el que derivó en una sanción contra Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo.
Además participó en la respuesta ante la crisis por los abusos en Boston, Estados Unidos, país del que es originario.
Durante su discurso, Robert Olliver anticipó que dará continuidad a la política dictada por el Papa Benedicto VXI y aplicada durante 10 años por Scicluna: “Cero tolerancia”.
Luego consideró que el ejemplo del Papa ha creado un “gran efecto” porque, mediante encuentros personales con las víctimas, les ha hecho saber que comparte su sufrimiento, ha escuchado sus historias y “comprende” el sentido de violación que han experimentado en su cuerpo.
“Hablando a toda la Iglesia, el Papa pide a todos reconocer que nosotros, el pueblo de Dios, hemos trágicamente fallado con respecto a las víctimas de los abusos. Los gritos de nuestros hermanos y hermanas han, demasiado a menudo, encontrado la negación y la falta de apoyo.
“Este reconocimiento lleva al dolor sincero. Por lo tanto, el Santo Padre afirma claramente que debemos reconocer graves errores de juicio y defectos graves en cómo se ha comportado el liderazgo de la Iglesia en muchas ocasiones”, admitió.
Olliver afirmó que Benedicto XVI reconoce que esas carencias han contribuido a que muchas personas pierdan el respeto por la Iglesia y la confianza en sus pastores.
Incluso recordó que por ello, en mayo de 2011, la Congregación para la Doctrina de la Fe envió una circular a todos los obispos del mundo en la que se les pidió redactar sus propias “líneas guía” para la atención a los casos de abuso.
El texto fue enviado a las 112 conferencias episcopales, 36 de África, 33 de Europa, 24 de América y 19 de Asia y Oceanía.
“Más de tres cuartos de las conferencias han ya mandado sus líneas guía. Las regiones con mayor grado de cumplimiento son Sudamérica, Norteamérica, Europa y Oceanía”, apuntó el fiscal.
Los documentos redactados por los obispos, indicó, deben incluir respuestas concretas en materia de asistencia a las víctimas de abusos sexuales, protección de menores, formación de futuros sacerdotes y religiosos, soporte a los sacerdotes y colaboración con las autoridades civiles.
En suma, dijo, las líneas guías deben expresar la “real voluntad” de escuchar a las víctimas y sus familias e incluir un “claro empeño” por su asistencia espiritual y psicológica.
Dado que el abuso sexual es un delito, afirmó que las guías deben incluir referencias específicas a la colaboración con las autoridades civiles y la obligación de notificar los crímenes.
“Una voz se distingue claramente en la Iglesia y de modo realmente único entre los líderes mundiales, con gran claridad el Papa Benedicto XVI afirma que debemos afrontar la situación actual, incluidos nuestros fracasos, con valentía y determinación”, puntualizó.
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