Por: Guillermo Amerena Betancourt
Los fenómenos delictivos en Morelos, así como sus respectivas reacciones de parte de las autoridades muestran a los cuerpos policiacos ciegos ante los datos de inteligencia, mapas de riesgos o desestimando información útil, siendo estos elementos indispensables para tener mapas de prioridades que estructure un accionar y puedan brindar mejor protección a la ciudadanía.
No se tiene claro un mapeo de la violencia en Morelos y vayamos a otro ausente en la transformación institucional: ¿Tendrá información el Gobierno del Estado de cuáles son los
procedimientos de las policías preventivas establecidos en sus distintos bandos municipales? Si se tiene, pues poco provecho se le ha dado para capacitar y profesionalizar a nuestros policías bajo los mismos criterios, pero también hoy que hemos iniciado el Mando Único en cuanto a funciones de seguridad, serviría de mucho que al menos los bandos de policía en materia preventiva mantuvieran los mismos lineamientos.No se tiene claro un mapeo de la violencia en Morelos y vayamos a otro ausente en la transformación institucional: ¿Tendrá información el Gobierno del Estado de cuáles son los
Y es que si no se tiene el mapa de riesgos de cada municipio y por otra parte, una radiografía nítida de cuáles son los instrumentos normativos de cada corporación policiaca, será muy difícil homologar protocolos entre los elementos para que ellos mismos los puedan comprender y llevar a la práctica; sin estos insumos indispensables en la cúpula de las direcciones, al Mando le será muy complicado tener claridad de a quién van a obedecer.
Una duda más sencilla, qué soluciones le propone su equipo al Gobernador para simplificar los procedimientos administrativos en seguridad y optimizar articulación con el proceso judicial; la necesidad de actuar diligentemente debería ser, desde el inicio de la Nueva Visión, parte de una reforma legal o reglamentaria. Trabajo para darle funcionalidad a las instituciones de seguridad hay demasiado ¿Para cuándo las iniciativas preferentes?
La semana pasada quedaron evidenciados, al menos, dos hechos que hoy reflexionamos: 1) Los grupos parlamentarios del PRI y PAN, no están conformes con los resultados en materia de seguridad, rompieron el quórum para generar un impacto mediático hacia el Gobernador, pedir cuentas y ser escuchados. Pero veamos.
A título particular el rompimiento del quórum, no debería interpretarse como desobediencia al quehacer legislativo siempre y cuando la voluntad de los legisladores sea auténticamente responsable de su contrapeso constitucional y pongan sobre la mesa los temas de colaboración para que el Ejecutivo Estatal pueda reorientar su desempeño en seguridad. Algo que mucho les cuestionaron a los diputados locales, es que no estuvieran aprovechando una situación oprobiosa -la violencia- para generar costo político o pactos oscuros. Los días por venir dilucidarán si en verdad los congresistas despertaron ante este clamoroso problema o se suman a las “llamaradas de petate”.
2) Los contenidos transmitidos en el programa televisivo de Denise Maerker “Punto de Partida”, ejemplificaron la descoordinación en el Mando Único Policial morelense, si a esto añadimos el anterior punto del poco entendimiento entre dos poderes públicos sobre la estrategia de seguridad estatal, la conclusión es un indicativo fehaciente que el Gobierno de “Nueva Visión” no ha logrado concertar objetivos y acciones de manera eficaz entre los diferentes poderes y niveles de gobierno, siendo este, un eje impostergable para que la estrategia integral funcione.
Quien asesore al Gobernador en materia de políticas públicas, evidencia débil convencimiento dentro y fuera del gobierno; si para algunos estos pueden ser juicios de valor, lo que no, son los tristes resultados que cada morelense registra. La diferencia radica en devolver seguridad con políticas modernas, concertadas y eficaces o seguir respondiendo a la inseguridad con puras llamaradas de petate.
Quien asesore al Gobernador en materia de políticas públicas, evidencia débil convencimiento dentro y fuera del gobierno; si para algunos estos pueden ser juicios de valor, lo que no, son los tristes resultados que cada morelense registra. La diferencia radica en devolver seguridad con políticas modernas, concertadas y eficaces o seguir respondiendo a la inseguridad con puras llamaradas de petate.
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