De acuerdo con el Informe, el IDH mide tres dimensiones del desarrollo humano:salud (vida larga y saludable), educación (conocimientos), e ingresos (nivel de vida digno).
Conforme a estos parámetros, México tiene un IDH de 0.775, mientras que el promedio de un IDH alto es de 0.758.
Sin embargo, esta medición no toma en cuenta las desigualdades que existen en las tres dimensiones del desarrollo humano planteadas. Cuando se toma en cuenta la desigualdad, el nivel del país baja a 0.593.
De forma similar, los componentes del IDH –esperanza de vida al nacer, años de escolaridad e ingresos- también disminuyen cuando se considera la desigualdad.
Así por ejemplo, mientras que en el IDH la esperanza de vida al nacer es de 77.1 años (por encima del promedio), cuando se contempla la variable de la desigualdad, éste cae 10.9 por ciento respecto al índice global.
El componente que más cambia al considerar la desigualdad es el de ingresos, pues implica una pérdida del 35.6 por ciento respecto al índice de ingresos globales.
En pobreza multidimensional, la mitad de los mexicanos
El informe también presenta estimaciones del Índice de Pobreza Multidimensional, que es una medida para reflejar la superposición de carencias en salud, educación y nivel de vida.
En México, el componente que más aporta al índice de pobreza es la educación, con 38.6 por ciento, seguido del nivel de vida y la salud.
Y si bien apenas 1.2 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobrezainternacional, cuando ésta línea se ajusta a la pobreza nacional, el porcentaje aumenta hasta 51.3 por ciento de personas que están por debajo del umbral de la pobreza.
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