AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
El pasado fin de semana las estructuras del Partido Acción Nacional se cimbraron: Los delegados a su Asamblea Nacional Extraordinaria decidieron que la dirigencia partidista sea electa por los votos de toda la militancia. Algo inédito. A los grupos internos de poder les asusta esta especie de democratización del PAN y ya hay voces que piden que la medida aprobada se anule como sea. Y en medio del alboroto emerge la figura de Josefina Vázquez Mota, la excandidata presidencial que se perfila ahora para presidir al blanquiazul a partir de diciembre, cuando concluye la gestión de Gustavo Madero.
Era el senador Héctor Larios Córdova, quien, pese a presidir los debates, no dominó su enfado por la reforma que recibía el “sí” de la mayoría de los 9 mil 338 delegados a la 17 Asamblea Nacional Extraordinaria del PAN, el sábado 16 en la Arena Ciudad de México.
–Quienes estén por el no, sírvanse manifestarlo –pidió enseguida Larios a los delegados sólo para completar el trámite, ya con el rostro descompuesto, como lo tenían también Gustavo Madero, Cecilia Romero, Ernesto Cordero y otros jefes de los grupos hegemónicos.
No era para menos: La reforma rompe no sólo el diseño institucional y la vida interna del PAN desde su fundación, en 1939, sino las estrategias de los grupos que, tras esta asamblea, han escalado la confrontación hasta niveles de descalificación personal por la “degradación” partidaria.
Con esta rebelión de la militancia, que sin embargo había aprobado en lo general los nuevos estatutos –calificados de antidemocráticos y “estructuralmente tramposos”–, se temía que podían echarse abajo otras facultades que para sí querían Madero y su grupo.
Fue entonces cuando, mientras se discutían otros artículos, comenzó a vaciarse el aforo y para las cinco de la tarde era evidente que ya no había quórum; una maniobra para “reventar” la sesión que los afines a Felipe Calderón atribuyen a Madero, identificado también como el gran derrotado.
Madero había diseñado un proyecto para reelegirse con una propuesta “federalista”: Que el Consejo Nacional, que elige al presidente, se integre con 270 miembros electos en asambleas estatales y otros 30 por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), que si bien se aprobó, ya no le sirve tras el aval del voto directo de la militancia.
Es esta reforma lo que tiene entrampado al PAN en un episodio más de la peor crisis de su historia, en la que paradójicamente emerge la figura de Josefina Vázquez Mota, la excandidata presidencial que se perfila ahora para presidir ese partido.
Y es que el PAN de Madero fue incapaz de aprobar completos sus estatutos y no sabe cómo procesar que los 368 mil militantes elijan de manera directa a sus dirigentes y, menos aún, si se aplicará en la elección de diciembre, cuando concluye su periodo.
Peor todavía: Esta histórica reforma implica también numerosos riesgos, como el poder del dinero para conquistar las dirigencias y la infiltración de intereses ajenos en sus procesos de elección de presidente nacional y de los estatales y municipales.
“Está bien que la militancia elija, pero hay que ver todo el sistema. Y mi preocupación es que vaya a gobernar el dinero, que es el problema del país”, razonaba Santiago Creel con el reportero en medio del estupor por la rebelión.
El exsenador Marko Cortés reveló que platicó con Madero, de quien es afín, y le dijo que era una reforma positiva para el PAN. “No es una derrota para él. Los que pierden son otros: los calderones, los yunques”.
Para el exlegislador Juan José Rodríguez Prats, peleado con “calderones” y “maderos”, el derecho de la militancia para elegir con su voto a sus dirigentes sí rompe con el poder de los grupos.
“Sucedió un milagro, porque había planes para manipular al Consejo Nacional a favor de un grupo u otro y se desplomaron. Sí hay riesgos con este método, pero fracasó la onda grupera”, subraya.
La reacción de los allegados a Calderón, quien se encontraba en México el día de la asamblea, ha sido violenta contra Madero y su grupo que, según el exvocero Maximiliano Cortázar, fueron quienes deliberadamente rompieron el quórum.
Pero el más feroz ha sido Germán Martínez, quien en su artículo del lunes 18 en el diario Reforma criticó duramente a Madero por la aprobación de la reforma que, en coincidencia con Larios –miembro de la organización El Yunque–, calificó de una “vulgar perredización” de ese partido.
“Madero tiene el deber de corregir ese error y limpiar el tiradero”, acusó Martínez –primer presidente del PAN impuesto por Calderón–, y planteó convocar a otra asamblea nacional o que a ésta la anule el Tribunal Electoral. “Detener la perredización del PAN es la tarea”, decretó.
Josefina candidata
En este río revuelto Josefina Vázquez Mota se alista para contender por la presidencia del PAN, sobre todo porque ahora los militantes elegirán a sus dirigentes con su voto.
“Con esta reforma Josefina va a ser la presidenta. ¿Quién lo va a evitar?”, decía el exdiputado Marco Pérez Esquer, tesorero de la presidencia de Manuel Espino, expulsado del PAN y miembro del equipo de la campaña presidencial.
De hecho antes del inicio de la asamblea nacional, Vázquez Mota encabezó una reunión con un grupo de casi 30 personas, entre ellos varios exdiputados como ella, para discutir la situación del PAN, la aprobación de los estatutos y para perfilar su propia candidatura a suceder a Madero.
El encuentro, iniciado a las 9:30 horas, se realizó en las instalaciones del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), cuyos directivos se lo facilitaron porque ahí estudió, y ubicado no muy lejos de la Arena Ciudad de México.
A la reunión se sumaron Creel, secretario técnico de la Comisión Política del PAN, y Francisco Kiko Vega de Lamadrid, candidato a la gubernatura de Baja California –donde ese partido ha gobernado desde 1989, hace casi un cuarto de siglo–, quien pidió apoyo a su campaña.
Esta es la cuarta reunión que Vázquez Mota tiene con quienes fueron sus compañeros diputados, pero también ha entrado en contacto con algunos de quienes formaron parte de su equipo de precampaña, como Jorge Manzanera, a quien marginó al iniciar su campaña presidencial.
Dedicada a elaborar un libro de historias de éxito de mexicanos en Estados Unidos, a donde ha viajado también para aprender inglés, Vázquez Mota ha sido cautelosa en manifestar sus ambiciones de presidir el PAN.
Al llegar a la Arena Ciudad de México no descartó que ambicione presidir su partido: “Quiero ser un factor de unidad en Acción Nacional, porque sin la unidad del partido lo demás no lo lograremos en los plazos y en la manera en que queremos”.
Tras la reforma impulsada por el senador Javier Corral, cuya propuesta ella y varios de sus acompañantes en la reunión del IPADE sabían que sería presentada, sus posibilidades aumentan.
–¿Josefina tiene posibilidades? –se le pregunta a Rodríguez Prats.
–Si se anima, bienvenida, pero no creo. ¿Dónde está? Viene, se asoma y se va. Eso el panismo lo percibe. Una cosa es haber sido candidata presidencial y otra muy diferente es la dirigencia del partido.
En efecto, tras su desplome al tercer lugar en la elección presidencial, Vázquez Mota prometió encabezar un movimiento ciudadano pero se fue a vacacionar dos meses a Europa y reapareció en la toma de posesión del priista Enrique Peña Nieto; y aparece fugazmente en el PAN.
Pero Rafael Guarneros Saldaña, quien encabeza el Movimiento Nacional del PAN que propugna por la “regeneración y rescate del partido” y uno de los panistas que reservó el artículo que presentó Corral, asegura que la reforma beneficia a los liderazgos nacionales.
–¿Y favorece en particular a Vázquez Mota?
–Sí, obviamente, hay un importante sector del panismo y de la población que ve en Josefina una figura limpia, que incluso fue traicionada por los propios dirigentes y por el partido o por quienes llevaron la campaña.
Pero Vázquez Mota y Madero no están solos en la búsqueda de encabezar el PAN. Lo anhelan también Juan Carlos Romero Hicks y Juan Manuel Oliva, ambos exgobernadores de Guanajuato, y un “tapado” que representará al grupo de Calderón, que podría ser Ernesto Cordero, crítico del “entreguismo” del actual presidente.
Los propios “calderones” descartan a Margarita Zavala, porque su proyecto es que sea la candidata presidencial en 2018, tal como su propio marido lo reconoció públicamente antes de dejar el cargo.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1899 de la revista Proceso, ya en circulación.
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