AUTOR: GEORGINA HOWARD.
Pese a esta situación, las autoridades de ambas naciones no atienden la exigencia de revisar un acuerdo que data de la década de los 70.
Agrupaciones defensoras de derechos humanos y laborales de jornaleros migrantes en Canadá y México pidieron al secretario de Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, así como al secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña, renegociar dicho acuerdo que forma parte del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Adriana Paz Ramírez, de Justice For Migrant Worker (JMW, Justicia para el Trabajador Migratorio), denunció las violaciones de los derechos laborales y humanos de los miles de jornaleros mexicanos que llegan a Canadá anualmente.
Y a ello se suma la corrupción y extorsión que ejercen funcionarios de la Secretaría del Trabajo para permitirles, de manera condicionada, su acceso a Canadá.
Esta situación, advirtió Paz Ramírez, la padecen en realidad 30 mil trabajadores migrantes, de los que 19 mil son mexicanos y el resto provienen del Caribe.
En Canadá, donde controlan la natalidad para evitar otorgar residencias o nacionalidades, dijo la activista, el trabajador migrante es denominado “peón” y es despojado de prestaciones sociales.
El acuerdo binacional establece el compromiso del gobierno canadiense de brindar a los trabajadores mexicanos un tratamiento igual al recibido por los canadienses que realicen el mismo tipo de trabajo.
Sin embargo, Canadá no lo respeta y la autoridad mexicana no reclama nada, lamentó Paz Ramírez.
Incluso, informó que el pasado 6 de diciembre de 2012, Diane Finley, ministra de Recursos Humanos y Desarrollo de Aptitudes de Canadá (HRSDC), anunció la eliminación del seguro de desempleo.
Además, desaparecieron los beneficios de paternidad, maternidad y “de compasión”, para los trabajadores migrantes participantes del PTAT que emplea anualmente a trabajadores mexicanos y del Caribe.
Lo más preocupante, dijo la dirigente de la organización humanitaria, es que estos trabajadores continuarán pagando este fondo de protección social, como lo han hecho desde 1974, solo que no podrán cobrar estos beneficios.
Se estima que los trabajadores migrantes han contribuido con 125 millones de dólares canadienses al seguro de desempleo, y no fue hasta 2002 cuando algunos migrantes comenzaron a tener acceso a cierto tipo de prestaciones.
“Los trabajadores jornaleros migrantes llevan a cabo las labores más duras en los campos canadienses y estadounidenses, muchas veces en condiciones precarias y peligrosas que ponen en riesgo la salud”, señala Paz Ramírez.
Un jornalero agrícola mexicano en Canadá gana poco más de nueve dólares la hora, mientras que un residente, como los tailandeses, gana más y tiene acceso a pago por productividad y derechos sociales. Por eso urge que el gobierno mexicano exija una revisión del acuerdo, pues en Canadá no existe una Ley Federal del Trabajo.
En ese país, explicó, cada una de las nueve provincias en las que está dividido tiene su propia legislación y, por tanto, determina el estatus del jornalero migrante temporal.
La eliminación de estos beneficios es otro ejemplo del tipo de trato injusto que reciben los migrantes por parte de los países receptores de migración laboral.
Durante 40 años los trabajadores migrantes han subsidiado el fondo del seguro de desempleo de Canadá, pero no han sido elegibles para recibir los beneficios completos.
“Y ahora están siendo despojados completamente de los pocos beneficios especiales a los que podían acceder”.
De ahí que Paz Ramírez insista en la urgencia de que los titulares de la Secretaría del Trabajo y la de Relaciones Exteriores exijan la revisión de un acuerdo que parece inhumano.
Trabajo no apropiado
> 19 mil jornaleros agrícolas mexicanos trabajan en Canadá
> 30 mil es el total de trabajadores agrícolas migrantes
> 125 millones de dólares canadienses han aportado los migrantes al seguro de desempleo desde 1974
> 9 dólares a la hora gana un jornalero mexicano
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