AUTOR: LINALOE R. FLORES.
LINK: http://www.sinembargo.mx/19-03-2013/563004
No sólo arrebató vidas: la explosión en la Torre de Pemex también se llevó archivos y evidencia contra el dirigente petrolero Carlos Romero Deschamps, acusa la disidencia que reclama su destitución.
Esas montañas de información contenían jubilaciones, contratos colectivos y el registro de “múltiples gastos” del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), uno de los más poderosos de América Latina.
En el concepto contable “múltiples gastos” estaba un préstamo de Petróleos Mexicanos (Pemex) para el sindicato. Lo había solicitado el secretario general, Carlos Romero Deschamps, para apoyar la campaña presidencial de 2012, de Enrique Peña Nieto, sostienen los disidentes.
El entonces candidato negó siempre cualquier relación con el dirigente sindical. Mucho menos de dinero. Se escribía un guión parecido al del Pemexgate, el episodio en el que la paraestatal apoyó el despliegue del PRI a favor de Francisco Labastida Ochoa: millones de pesos para la campaña, un suspirante que ignora la operación y al final, el préstamo que llega a un destino desconocido e incierto.
En esa oficina del edificio B2 de la Torre de Pemex trabajaba la dirigencia de la sección 34 del sindicato. En octubre de 2011, en una tarde friolenta en la ciudad de México, este brazo del gremio petrolero empezó a preparar una estrategia para destituir a Carlos Romero Deschamps. Un plan dirigido a la defenestración, con base en los estatutos sindicales.
La sección convocó a una asamblea general para elegir a un nuevo dirigente nacional y hacer a un lado, tras 14 años de reelecciones, al líder “histórico” de los petroleros.
Lo que siguió es una cascada de hechos en los que, en efecto, Romero Deschamps fue destituido sin que hasta ahora el gobierno federal avale tal acción. Documentos notariados en manos de SinEmbargo indican que hay un nuevo dirigente nacional: Jorge Hernández Lira, elegido en asamblea.
Pero en esta historia hay un evento inesperado: el estallido del 31 de enero, cuya hecatombe recorrió por completo la Torre de Pemex y le quitó la vida a 37 personas.
La explosión fue justo en la oficina en donde se preparó el plan para alejar a Carlos Romero Deschamps del sindicato.
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