miércoles, 6 de marzo de 2013

Te pego a ti líder para que la paguen los trabajadores

FUENTE: LA SILLA ROTA.
AUTOR: MANUEL FUENTES MUÑIZ.

La andanada en contra de Elba Esther Gordillo ha servido de pretexto para cuestionar a todos los líderes sindicales y ponerlos ante la opinión pública bajo el mismo rasero. Ocupar el cargo de representante sindical ya es motivo de sospecha por la propaganda incesante que de manera intencionada se propala por todos los medios.

El desprestigio promovido por los sectores empresariales, preocupados según ellos por los trabajadores, tiene como verdadera intención debilitar a las organizaciones sindicales. El propósito empresarial es poder actuar sin intermediarios para imponer sin resistencia las reformas laborales y bajos salarios.

La propuesta presentada por la bancada del PAN en el Senado a través de Javier Lozano y la hija de Elba Esther Gordillo, la senadora del Panal, Mónica Arriola, para eliminar el descuento sindical por medio del patrón para que sean los trabajadores quienes lo hagan de manera directa, tiene esa pretensión.

Parece que la senadora Arriola busca saldar culpas, haciendo alianza con el disminuido panismo, para golpear al sindicalismo auténtico.

Una propuesta aparentemente inofensiva, de lograr la entrega directa de las cuotas a los sindicatos, pretende en realidad que éstos carezcan de recursos económicos para afrontar su gestión diaria y reducir su filiación sindical a la mínima expresión.

Es consolidar un modelo individualizado de relaciones laborales para evitar al patrón el trato con el colectivo laboral.

Este modelo, del trato directo entre trabajador y patrón, se impone actualmente en el sector privado mexicano, fenómeno que se acelera con el crecimiento, en número, de las empresas subcontratistas.

Este hecho ha significado, no la minimización de los sindicatos, sino su desaparición en la inmensa mayoría de los sectores industriales. En más del 90 por ciento de las empresas han logrado anular a los sindicatos a través de la figura de los “contratos colectivos de protección”. En el sector empresarial la frase que permea es: “el mejor sindicato es el que no existe”.

En aquellos lugares donde los trabajadores han logrado constituir sindicatos para su defensa, éstos representan una franca minoría frente al resto de los asalariados. Las empresas bajo el ardid de que la mayoría es “trabajador de confianza” logran en ocasiones que entre el 70 y 90 por ciento no tenga carácter sindicalizable.

Jurídicamente esto es inconcebible porque los trabajadores de confianza son quienes tengan funciones de dirección, inspección, vigilancia y fiscalización de carácter general o cuando realicen trabajos personales del patrón dentro de la empresa o establecimiento.

Sin embargo la complicidad de las autoridades y la acción permisiva de imponer contratos colectivos de trabajo confeccionados por las mismas empresas ha logrado imponer un modelo sindical inexistente en la realidad, pero existente únicamente en el papel.

Esta pretensión de un nuevo remedo de reforma laboral, propuesto por los panistas e integrantes del panal, es lograr que el prototipo impuesto en países de centroamérica, de individualización laboral, sea vigente también en nuestro país.

Además de la propuesta anterior se busca que los representantes sindicales que han logrado pactar tiempo completo para la atención de los problemas de sus representados, de ahora en adelante se intenta que sus salarios sean cubiertos por el organismo gremial y no por las empresas.

En los sindicatos medianos y pequeños, que son la mayoría, no será posible cubrir los salarios de sus representantes.

Estas propuestas, se dan en medio del escándalo, por el dispendio de recursos sindicales para fines personales de los que se acusa a la señora Elba Esther Gordillo, pero sirven para justificar la embestida sindical.

Día a día la nota de mayor interés en los medios nacionales y con repercusiones internacionales es la suerte de la lideresa. El procurador y subprocurador se han convertido en los adalides de la justicia y pregonan se hará justicia a los trabajadores del magisterio.

Se usa este discurso justiciero para ocultar o minimizar lo más posible la reforma magisterial que afecta gravemente los derechos laborales de cientos de miles de trabajadores de la educación.

Pero también personeros de sectores patronales conservadores, aprovechan la ocasión, para justificar el golpeteo mediático a los líderes sindicales para lograr que los paganos en realidad sean los trabajadores.

Se ambiciona borrar cualquier resistencia, aprovechando el autoritarismo presidencial, para obstaculizar mejoras salariales y condiciones laborales dignas. Pero son tiempos de no permitirlo.

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