Continúa la impunidad a tres años del asesinato de Bety Cariño y Jyri Jaakkola

FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0

AUTOR: Natalia Antezana Bosques.

El sábado 27 de abril se cumplieron tres años del asesinato de los activistas por los derechos humanos Alberta “Bety” Cariño y Jyri Jaakkola a manos de un grupo paramilitar cuando se dirigían en una caravana por la paz al poblado de San Juan Copala, en Oaxaca. Esa comunidad triqui se encontraba sitiada por miembros de la Unidad de Bienestar Social de la Región Triqui (Ubisort), grupo afín al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y al entonces gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz. 

Con el apoyo de Amnistía Internacional, familiares y compañeros de lucha de la mexicana y el finlandés asesinados cuando llevaban ayuda humanitaria a San Juan Copala, los rememoran demandando a las autoridades federales y estatales que los hechos no queden en la impunidad. Mediante marchas, vigilias y otros actos se recordó y exigió justicia también para los activistas que sufrieron graves heridas en la emboscada del 27 de abril de 2010.

Bety cariño era coordinadora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS), promotora de las radios comunitarias y defensora de los derechos de las mujeres. Jyri llegó a México para aprender de los pueblos indígenas y aportar sus conocimientos sobre el uso de los recursos naturales. Sus familias no han descansado en su búsqueda de justicia en instancias tanto mexicanas como internacionales. Para ellos, sólo habrá justicia cuando se haya sancionado tanto a los autores materiales como intelectuales, pues los actos de omisión y complicidad de las autoridades permitieron que estos hechos ocurrieran.

Para Eve Jaakkola, la exigencia de castigo a los responsables es una forma de reivindicar los ideales de Jyri: “Mi hijo aprendió un nuevo concepto cuando estuvo aquí en México, él hablaba de la ‘Vida Digna’, una vida con justicia y dignidad […] ahora él merece que en su caso llegue esta justicia, esta justicia por la que él luchó hasta el final”.