"El objetivo de terminar con Ia pobreza extrema en nuestro país, e incluso con el hambre, no parece aun posible", señala la académica.
La escritora afirma que el programa sin duda aliviará la situación de los beneficiarios al menos por un tiempo. “Pero si le creemos a los que saben, tendremos que aceptar que, a pesar de los muchos esfuerzos que se hagan, el objetivo de terminar con la pobreza extrema en nuestro país, e incluso con el hambre, no parece aun posible”.
UN FRAGMENTO DEL TEXTO:
“…La Cruzada contra el hambre repite políticas asistenciales que ya se hicieron antes: desde repartir despensas hasta proponer ayudas para la producción, pasando por mandar a hacer un atole y una galleta nutritivos, algo que en tiempos de Echeverría se hizo solo que en fabricas propias y no con convenios con empresas transnacionales que se embolsarán las ganancias”.
“Esto es exactamente lo que esta sucediendo, como hemos visto. La Cruzada contra el hambre repite políticas asistenciales que ya se hicieron antes: desde repartir despensas hasta proponer ayudas para la producción, pasando por mandar a hacer un atole y una galleta nutritivos, algo que en tiempos de Echeverría se hizo solo que en fabricas propias y no con convenios con empresas transnacionales que se embolsaran las ganancias”.
“Quizá lo que sucede es, como afirma Susan George, que no importan las medidas que se tomen, la pobreza no se podrá “componer” dado que es la consecuencia inevitable de un sistema. No se trata de una cuestión técnica, de un conjunto de acciones mejores o peores, ni siquiera de recursos destinados a ello, sino de una cuestión estructural”.
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