El jefe de la oficina contra la droga y el delito de la ONU para Centroamérica, México y el Caribe señalo que el fortalecimiento de los cárteles de la droga provocó la aparición de los grupos de autodefensa.
En entrevista con el diario El País advirtió que “el fenómeno de las autodefensas es una señal bastante clara”, que avisa de la necesidad de una “presencia institucional” mayor en algunas partes del territorio.
Advirtió que la pérdida de control territorial de las instituciones en algunas zonas, es una realidad que incluso Naciones Unidas tiene en cuenta a la hora de recorrer el país, por seguridad, los representantes de organismo no pisan el Estado de Tamaulipas. “Nos dimos cuenta de que la situación era muy peligrosa. Trabajar allí implicaba una responsabilidad en relación a nuestros operadores que la ONU no podía asumir”.
Precisó que la transformación del crimen se ha producido por la entrada de nuevos actores en el ecosistema tradicional de la delincuencia. “El cambio se verifica cuando entran dentro del mundo criminal grupos que no tienen especialización en el tráfico de droga, sino que vienen de mandos militares cuya característica es la capacidad de manejar la violencia para controlar el territorio. Nacen para proteger las rutas de los carteles, pero gradualmente evolucionan, controlan un territorio y empiezan a autofinanciarse con las rentas obtenidas en la zona que controlan”.
Puso como ejemplo a Los Zetas, una mafia construida por ex soldados de élite, y a otros grupos como La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.
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