Juan Manuel Gómez Robledo, subsecretario para asuntos bilaterales y de Derechos Humanos, de la SRE, adelantó que el tratado busca que países exportadores de armas evalúen si el país comprador podría utilizar las armas en delitos contra los derechos humanos
El acuerdo, que Siria, Corea del Norte e Irán votaron en contra, se abrirá la firma de los Estados a partir del 3 de junio. Sobre el tema, Juan Manuel Gómez Robledo, Subsecretario para asuntos bilaterales y de Derechos Humanos, de la Secretaría de Relaciones Exteriores, conversó en Aristegui de CNN en Español.
Recordó que la idea en un principio era simplemente generar “una suerte de código de conducta para poner no solo orden o ciertos criterios de moral internacional en las transferencias de armas convencionales, pero la idea fue madurando hasta convertirse en la ambición de un tratado que regulase por primera vez las transferencias internacionales de armas convencionales”.
Y reconoció que el tratado significa un hito, “es un éxito del sistema multilateral el haber logrado esto; y antes de conseguir el mandato de negociación de lo que se trato fue de convencer a una serie de actores de las bondades de contar con un tratado de esta naturaleza”.
Señaló que las armas convencionales son utilizados por grupos terroristas o actividades de grupos de delincuencia organizada, a través de mercado ilícito, por lo que el acuerdo amplia “el ámbito de aplicación que era el original (…) había que incorporar armas que no estaban contempladas en el primer catálogo y conseguimos incorporar las armas pequeñas y ligeras así como las municiones en el ámbito de la aplicación del tratado”.
Además, destacó que el país que exporta armas tendría la obligación de evaluar si está violando un código de conducta al vender equipo a países, que en los que se presuma que podrían estar viviendo situaciones de genocidio y crímenes de guerra.
“El estado tendrá que hacer una evaluación del riesgo y tomará en cuenta sus obligaciones en materia de derechos humanos, sus obligaciones en materia de lucha contra el terrorismo y sus obligaciones en materia de lucha contra la delincuencia organizada”.
Añadió, que la nación exportadora hará una revisión sobre los alcances de vender armas a otras naciones, y “en esa evaluación de riesgos debe de tomar en cuenta la información que el estado importador suministre y en un momento dado puede llegar a decidir queel riesgo es superior al beneficio que obtendría y no autoriza la venta final”.
El tratado sobre venta de armas convencionales estará “sujeto a una serie de mecanismos de revisión periódica, la conferencia de las partes se va a reunir una vez al año para evaluar el cumplimiento de las disposiciones del tratado a través de la entrega de informes periódicos”.
Adelantó que “hay un exhorto al intercambio de información entre agencias de inteligencia, ahí las medidas apenas están esbozadas”. Sobre la actividad de los grupos organizados, que se dedican a la delincuencia, dijo que “esto va a obligar a un trabajo más coordinado y ordenado de las agencias de cada país que intervienen en este tipo de transacciones”.
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