FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: EMIR OLIVARES ALONSO.
El grupo de jóvenes que desde el 19 de abril mantiene la ocupación de la torre de rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que llegaron hasta ese extremo porque las autoridades de la casa de estudios ‘‘no escucharon nuestras demandas a través de los canales institucionales’’.
Los inconformes señalaron que en la toma del edificio ‘‘no hubo violencia, pues no se agredió a ninguna persona y sólo se rompió un vidrio’’.
En una entrevista videograbada con el Colectivo Malatesta –que fue compartida con La Jornada y ya circula en redes sociales–, insistieron en sus demandas y en la necesidad de resolver el conflicto por medio de un diálogo ‘‘público y resolutivo’’ con el rector José Narro Robles.
Repudiaron la posibilidad de ser desalojados mediante un operativo policiaco o por grupos de ‘‘porros’’, y enfatizaron que cubren sus rostros ‘‘no por ser vándalos, sino por la criminalización que se hace de quienes alzan la voz’’.
Las acusaciones en su contra –dijeron dos de los estudiantes del CCH Naucalpan que mantienen la toma, en la única entrevista que hasta el momento han otorgado– se basan en un ‘‘montaje’’ de las autoridades del colegio sobre los hechos ocurridos el primero y el 5 de febrero: en el primer caso ‘‘mandan a un grupo de trabajadores a golpear estudiantes activos’’, y cuatro días después ‘‘criminalizan la protesta social (con) un ataque porril de la Federación de Estudiantes de Naucalpan’’.
Su lucha, aseguraron, es contra la actualización de los planes y programas de estudio del CCH –cuya discusión entre la comunidad se amplió a noviembre próximo–, ‘‘que atenta contra la educación pública y (está) encaminada a la privatización. Uno de sus puntos habla de redefinir el perfil del egresado; dicen que debe ser para gente de clase media y alta, y ese es un ejemplo de la privatización’’.
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