El reciente encarecimiento de los alimentos agropecuarios complica la tarea de reducir la inflación, que se ubica en 4.72%, por lo que el Banco de México estará vigilante de los precios, aseguró.
Aseguró que el BdeM estará muy vigilante de dichos eventos, que calificó de temporales, a pesar de que no implican un aumento generalizado en los precios ni afectan la dinámica inflacionaria.
En el corto plazo, el trabajo se nos ha complicado, “pero confío en que serán choques temporales y deberían de disiparse y por lo mismo el Banco de México se va a mantener vigilante”, dijo durante su participación en la 23 Convención Aseguradores de México.
El funcionario confió en que esos aumentos en precios se reviertan y la inflación “relativamente pronto” converja a un nivel inferior al 4 por ciento, y en el mediano plazo siga su trayectoria al objetivo permanente de inflación de 3 por ciento.
“Hemos hecho un avance muy importante a través de los años de reducir de manera estructural las presiones inflacionarias, tenemos una inflación mucho menos volátil y muchos menos persistente y si estamos trabajando continuamente para lograr esta convergencia en el objetivo de 3 por ciento”, resaltó.
Argumentó que aún no se presentan efectos secundarios por estos choques, debido a que las expectativas de inflación se mantienen bien ancladas y eso permite que toda la curva de tasas de interés, que ya llega hasta 30 años, se reduzca de manera paralela.
Esto quiere decir, abundó, que hay confianza en el largo plazo sobre el valor de la moneda nacional, “esa caída en tasas es el principal canal de transmisión de una política monetaria en el sentido de impulsar el crecimiento económico de el país”.
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