AUTOR: ALBERTO SERDÁN.
En diversos foros los dirigentes sindicales tanto del SNTE como de la CNTE afirman que los maestros rechazan la reforma educativa y, en particular, que la evaluación de los maestros influya en la permanencia de sus puestos.
Al obtener el 99.6 por ciento de los votos, Juan Díaz de la Torre tomó posesión al frente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). En su discurso inaugural, el flamante líder resumió su sentir: “No lo han conseguido, pero sí han conseguido en una campaña sistemática, descarada, desacreditar a los maestros, desde hace cuando menos tres o cuatro años. Desacreditando a los maestros, denigrándolos, estigmatizándolos y, en ocasiones, linchándolos moralmente” (sic) (El Universal, 1-III-2013).
En los regímenes autoritarios se configura una narrativa que se repite. El líder (sea un presidente, un dictador, un dirigente sindical) es el depositario de los sentimientos de sus representados. Todo lo bueno es por su mediación. Las críticas a su gestión son un ataque a sus representados con el interés oculto de debilitar la grandeza que han construido con tanto esfuerzo. Las instituciones no existen. El líder lo es todo. Solo el líder podrá salvaguardar a sus desamparados hijos que necesitan o necesitarán desesperadamente de su protección, configurando un paternalismo chocante y garantizando la lealtad y disciplina indispensables para que nadie cuestione su papel en el poder.
Como buenos aprendices, en el SNTE los dirigentes tanto nacionales como seccionales repiten la fórmula magistralmente. Una y otra vez ponen de broquel a los maestros acusando “campañas de difamación”, “intentos de dividir”, “ataques” y, en un dechado de exageración, “linchamientos”. La disidencia (la Coordinadora -CNTE) usa el mismo mecanismo. Más aún, se toman el lujo de abandonar las aulas, poner barricadas y hacer campamentos para protestar en contra de estos supuestos “linchamientos”. Desde Coahuila, Toluca y Nuevo León (por poner sólo algunos ejemplos recientes), el discurso es el mismo: hay un “linchamiento” contra los maestros, contra el sindicato, contra la dirigencia sindical, contra la educación pública y, en el extremo de la sinrazón, en contra de México. Solo los líderes pueden ejercer eficazmente el papel de salvadores. Nadie más.
En tiempos recientes ha existido una mayor exposición del tema educativo impulsada principalmente por organizaciones de la sociedad civil (para conocer las razones de esta afirmación, pueden visitar este post). Este activismo ha puesto lupa sobre los resultados educativos y sobre el papel del acuerdo político corporativo entre el SNTE y el gobierno que ha cobijado impunidad, control autoritario, despilfarro, intercambio de cargos públicos por votos y estabilidad política y, la joya de la corona, el control de las plazas docentes. Fue considerable la difusión a partir de febrero de 2012 de la película ¡De Panzazo! de Mexicanos Primero, con casi veinte millones de espectadores en cines, videos, internet y televisión, donde realiza una crítica muy importante al estado de la educación en el país. Ahora bien, si tal “campaña” fuera tan eficiente en el supuesto objetivo de “atacar” a los maestros, el resultado en la opinión pública sería indiscutible.
La empresa Parametría ha hecho encuestas en las que ha medido diferentes indicadores. Uno de ellos es la confianza de la población mexicana en sus maestros. Contrario a lo que señalan los líderes sindicales y algunos comentaristas afines, la confianza en los profes mexicanos ha subido de julio de 2010 a julio de 2012 al pasar de 67 a 72 por ciento quienes dicen tenerles mucha o algo de confianza; en tanto, quienes declararon tenerles poca o nada de confianza bajaron de 33 a 26 por ciento, dejando un saldo neto en el año 2012 de 45 puntos porcentuales de opinión favorable hacia los maestros. Lo que sí cambió fue la opinión sobre la líder Elba Esther Gordillo y sobre el SNTE pues en ambos casos el saldo de suyo negativo se profundizó en estos dos años. Algo similar ocurrió con la opinión sobre el estado de la educación en México. Más aún, la campaña “de linchamiento” ha provocado que entre los mexicanos aumentara la aprobación y disminuyera la reprobación hacia sus maestros entre 2009 y 2013. Para los compatriotas, en este año el 84 por ciento de los docentes tienen nota aprobatoria, por encima del 76 por ciento de hace casi cuatro años.
Un comentario también común entre dirigentes sindicales y algunos comentaristas es que las campañas “en contra de los maestros” buscan responsabilizarlos del desastre educativo. Lo notable en enero de 2013, es que la población responsabilizara del estancamiento o retroceso de la educación, en primerísimo lugar, al gobierno. En segundo lugar al SNTE y en último lugar -detrás de los padres de familia e incluso de los alumnos- a los propios maestros. De hecho, cuando se menciona a quién se debe que la educación esté progresando, los maestros saltan al segundo lugar solo detrás del gobierno y al mismo nivel de los padres de familia.
En los regímenes autoritarios se configura una narrativa que se repite. El líder (sea un presidente, un dictador, un dirigente sindical) es el depositario de los sentimientos de sus representados. Todo lo bueno es por su mediación. Las críticas a su gestión son un ataque a sus representados con el interés oculto de debilitar la grandeza que han construido con tanto esfuerzo. Las instituciones no existen. El líder lo es todo. Solo el líder podrá salvaguardar a sus desamparados hijos que necesitan o necesitarán desesperadamente de su protección, configurando un paternalismo chocante y garantizando la lealtad y disciplina indispensables para que nadie cuestione su papel en el poder.
Como buenos aprendices, en el SNTE los dirigentes tanto nacionales como seccionales repiten la fórmula magistralmente. Una y otra vez ponen de broquel a los maestros acusando “campañas de difamación”, “intentos de dividir”, “ataques” y, en un dechado de exageración, “linchamientos”. La disidencia (la Coordinadora -CNTE) usa el mismo mecanismo. Más aún, se toman el lujo de abandonar las aulas, poner barricadas y hacer campamentos para protestar en contra de estos supuestos “linchamientos”. Desde Coahuila, Toluca y Nuevo León (por poner sólo algunos ejemplos recientes), el discurso es el mismo: hay un “linchamiento” contra los maestros, contra el sindicato, contra la dirigencia sindical, contra la educación pública y, en el extremo de la sinrazón, en contra de México. Solo los líderes pueden ejercer eficazmente el papel de salvadores. Nadie más.
En tiempos recientes ha existido una mayor exposición del tema educativo impulsada principalmente por organizaciones de la sociedad civil (para conocer las razones de esta afirmación, pueden visitar este post). Este activismo ha puesto lupa sobre los resultados educativos y sobre el papel del acuerdo político corporativo entre el SNTE y el gobierno que ha cobijado impunidad, control autoritario, despilfarro, intercambio de cargos públicos por votos y estabilidad política y, la joya de la corona, el control de las plazas docentes. Fue considerable la difusión a partir de febrero de 2012 de la película ¡De Panzazo! de Mexicanos Primero, con casi veinte millones de espectadores en cines, videos, internet y televisión, donde realiza una crítica muy importante al estado de la educación en el país. Ahora bien, si tal “campaña” fuera tan eficiente en el supuesto objetivo de “atacar” a los maestros, el resultado en la opinión pública sería indiscutible.
La empresa Parametría ha hecho encuestas en las que ha medido diferentes indicadores. Uno de ellos es la confianza de la población mexicana en sus maestros. Contrario a lo que señalan los líderes sindicales y algunos comentaristas afines, la confianza en los profes mexicanos ha subido de julio de 2010 a julio de 2012 al pasar de 67 a 72 por ciento quienes dicen tenerles mucha o algo de confianza; en tanto, quienes declararon tenerles poca o nada de confianza bajaron de 33 a 26 por ciento, dejando un saldo neto en el año 2012 de 45 puntos porcentuales de opinión favorable hacia los maestros. Lo que sí cambió fue la opinión sobre la líder Elba Esther Gordillo y sobre el SNTE pues en ambos casos el saldo de suyo negativo se profundizó en estos dos años. Algo similar ocurrió con la opinión sobre el estado de la educación en México. Más aún, la campaña “de linchamiento” ha provocado que entre los mexicanos aumentara la aprobación y disminuyera la reprobación hacia sus maestros entre 2009 y 2013. Para los compatriotas, en este año el 84 por ciento de los docentes tienen nota aprobatoria, por encima del 76 por ciento de hace casi cuatro años.
Un comentario también común entre dirigentes sindicales y algunos comentaristas es que las campañas “en contra de los maestros” buscan responsabilizarlos del desastre educativo. Lo notable en enero de 2013, es que la población responsabilizara del estancamiento o retroceso de la educación, en primerísimo lugar, al gobierno. En segundo lugar al SNTE y en último lugar -detrás de los padres de familia e incluso de los alumnos- a los propios maestros. De hecho, cuando se menciona a quién se debe que la educación esté progresando, los maestros saltan al segundo lugar solo detrás del gobierno y al mismo nivel de los padres de familia.
Por si fuera poco, casi dos terceras partes de los mexicanos consideran que el principal responsable de mejorar y elevar la calidad de la educación en nuestro país es el gobierno. Es bueno que así sea pues constitucionalmente el Estado es el obligado a respetar, proteger, promover y garantizar el derecho humano a la educación. Nuevamente, los maestros están en el último lugar de las responsabilidades con apenas el uno por ciento, aligerando el peso de las expectativas ciudadanas. Por otra parte, en diversos foros los dirigentes sindicales tanto del SNTE como de la CNTE afirman que los maestros rechazan la reforma educativa y, en particular, que la evaluación de los maestros influya en la permanencia de sus puestos. La casa encuestadora BGC Ulises Beltrán y Asociados encontró que esta propuesta cuenta con el apoyo de 74 por ciento de los maestros y 87 por ciento de la población nacional. No sobra decir que en los estados, la reforma se aprobó con el 89 por ciento de los votos. La abrumadora aprobación se extiende a la autonomía del INEE y a la recuperación de la rectoría de la educación por parte del Estado Mexicano. Al parecer, el temor a perder el control de las plazas hace olvidar toda lógica a la camarilla sindical.
Finalmente, está el dato revelador de la muy poca representatividad del sindicato y sus líderes frente a sus agremiados los maestros. Desde el 2009, más de dos terceras partes de los docentes no consideran que el SNTE defiende sus intereses y derechos. Esta cifra es similar al mencionar a la hasta hace una semana presidenta vitalicia del sindicato. Existe, por tanto, una pregunta incómoda: cómo es que un órgano de dirección que no representa a sus integrantes haya sido elegido con el 99 por ciento de los votos (en octubre ungiendo a Elba Esther Gordillo y ahora a Juan Díaz de la Torre) cuando además de la brecha de representación señalada, 84 por ciento de los trabajadores de la educación aprueban el encarcelamiento de su líder (Gabinete de Comunicación Estratégica, 27-II-2013).
Los mexicanos confiamos en nuestros maestros. A juzgar por los datos recogidos en las encuestas, la sociedad no los está “atacando”, no los está “linchando” pues sabe repartir con toda claridad las responsabilidades en el sistema educativo de nuestro país. Es indispensable que los profes lo sepan y ello también contribuya a la larga marcha hacia la recuperación de su dignidad como profesionales de la educación.
Seguimos la conversación.
* Para consultar las fuentes originales de todas las encuestas:
Parametría | La maestra y el SNTE -> Enlace.
Parametría | Mexicanos estancados por la educación que se les ofrece -> Enlace
Excélsior/ BGC Ulises Beltrán y Asociados | Complace la reforma educativa -> Enlace
Excélsior/ BGC Ulises Beltrán y Asociados | Maestros aplauden captura de Elba -> Enlace
Nexos / Sylvia Ortega | Maestros: Autorretrato -> Enlace
Nexos / BGC Ulises Beltrán y Asociados | Insatisfacción -> Enlace
Gabinete de Comunicación Estratégica | 81.2% De Mexicanos Aprueba Detención De Elba Esther Gordillo -> Enlace
De la Riva Group | 7 de cada diez mexicanos desconfiaba de Gordillo: Encuesta -> Enlace
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