AUTOR: Roberto González Amador.
La falta de financiamiento formal, más que los impuestos, es una “barrera importante” para reducir la informalidad en la que viven seis de cada diez mexicanos en edad de trabajar, expuso.
La baja penetración del crédito en la economía mexicana, que se mide como el financiamiento que otorgan los bancos respecto del producto interno bruto (PIB), puede explicarse por la concentración del sistema en un número reducido de firmas, apuntó el organismo en un reporte publicado después de la presentación de la iniciativa de reforma financiera planteada por el gobierno federal.
El crédito de la banca al sector privado equivale a 19 por ciento del PIB en México, menos de la mitad del 52 por ciento en Brasil y poco menor de un tercio del 70 por ciento en Chile, según los datos del organismo.
Aunque el sistema bancario se ha vuelto un tanto menos concentrado, siete de los 43 bancos que operan en México aún mantienen 80 por ciento de los activos totales, mencionó la organización en el reporte Estudios económicos de la OCDE, México.
La concentración en el sistema bancario mexicano “amenaza con obstaculizar la competencia, que a su vez puede explicar la relativamente baja penetración del crédito”, expuso el organismo, al que pertenecen 33 países desarrollados y en desarrollo.
El 8 de mayo pasado, el presidente Enrique Peña Nieto envió a la Cámara de Diputados una propuesta de reforma al sistema financiero que pretende aumentar la competencia entre instituciones para aumentar la oferta de crédito y reducir el costo del financiamiento, en especial a las pequeñas y medianas empresas. El paquete de modificaciones fue avalado por los tres dirigentes de los partidos Revolucionario Institucional, Acción Nacional y de la Revolución Democrática, que participan junto con el gobierno federal en el llamado Pacto por México.
La concentración que prevalece en el sistema bancario mexicano ocurre al tiempo que las instituciones que lo integran son financieramente sólidas, rentables para sus accionistas, bien capitalizadas y con buenos niveles de liquidez, apuntó el estudio de la OCDE.
El crédito al consumo en México sigue siendo bajo y las deficiencias del sistema legal dificultan la ejecución de contratos (el tiempo en que el banco acreedor puede hacerse con la propiedad legal del bien dejado en prenda por el deudor), lo que limita el uso de garantías de las pequeñas y medianas empresas, consideró.
“Uno de los compromisos asumidos en el Pacto por México y que acaba de presentarse al Congreso, es el de cambiar el marco legal con el fin de reducir el costo del crédito, reducir los precios de los servicios financieros y mejorar el tratamiento de los créditos vencidos. Esto ayudaría a aliviar los problemas en la oferta del crédito, si bien medidas complementarias para promover la inclusión financiera pueden ayudar a mejorar el acceso al financiamiento”, agregó.
Falta de financiamiento
alienta la informalidad
La OCDE encontró que la falta de financiamiento a las actividades productivas en el país es una de las causas que impiden abatir la extendida informalidad en la economía mexicana.
“Existen pruebas de que el acceso al financiamiento es una barrera importante” para reducir la informalidad, apuntó el organismo. “A menudo se piensa que los impuestos son un problema clave, pero la evidencia sugiere que no representan el elemento conductor dominante de la informalidad en México”, agregó el estudio.
La “informalidad generalizada” se mantiene como un “desafío abrumador”, consideró la OCDE, dado que reduce las economías de escala y reduce la eficiencia en todo el aparato productivo.
México, apuntó, tiene una gran proporción de pequeñas empresas manufactureras, nueve de cada 10, con un número menor a nueve empleados. Esta es la proporción más elevada de la OCDE. Además, la mayor parte del sector informal en el país trabaja en microempresas con 10 empleados o menos, o por cuenta propia.
La preponderancia de las pequeñas empresas y la informalidad limitan seriamente las economías de escala que se pueden alcanzar y reflejan las distorsiones estructurales que disminuyen la productividad y restringen el crecimiento, aseguró.
“No existe panacea para hacer frente a la informalidad. A largo plazo, el aumento de los ingresos la reducirá. Sin embargo, nueva evidencia empírica muestra que la promoción de una mayor participación de las empresas formales y del empleo requerirá un paquete más amplio de políticas para mejorar los resultados educativos, reformar la regulación comercial, fortalecer las instituciones legales y reducir la corrupción. También existen pruebas de que el acceso al financiamiento es una barrera importante”, sostuvo.
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