AUTOR: EMIR OLIVARES ALONSO.
Así lo planteó la UNAM en un documento en el que hace un recuento del proceso que inició con actos “violentos” en el plantel Naucalpan de ese colegio e incluyó la toma, en primero lugar de la Dirección General del CCH y posteriormente de la Rectoría.
Las autoridades universitarias subrayaron que por esos hechos levantaron denuncias ante las autoridades federales por conductas ilícitas como: agresiones y lesiones a universitarios, haber puesto en riesgo la integridad de la comunidad, irrumpir y dañar instalaciones, y sustracción de equipos y distintos objetos, tanto de trabajadores, como del patrimonio universitario.
Agregaron que Tribunal Universitario determinó la expulsión definitiva de cinco alumnos, y suspensiones, por distintos periodos, de cuatro más, que participaron en disturbios en el CCH Naucalpan.
“La UNAM informa que, desde el pasado 1 de febrero, inició un conflicto marcado por la violencia ejercida por un grupo de personas que tomaron instalaciones (universitarias) y, con una actitud intransigente, impidió que continuara el diálogo el pasado 16 de mayo.”
En el documento, los funcionarios de la casa de estudios indicaron que el rompimiento del diálogo entre ambas partes ocurrió durante el desarrollo de la cuarta sesión resolutiva (en la que se pretendían fijar las bases para el trabajo de las mesas), cuando quienes esperaban a la comisión representante de los inconformes irrumpió en las oficinas donde se desarrollaban las pláticas.
La UNAM sostuvo en que reiteradamente realizó ofrecimientos de diálogo a ese grupo de jóvenes –que con los rostros cubiertos mantuvieron la toma de Rectoría por 12 días— a fin de “dar cauce a inquietudes y protestas registradas en las últimas semanas.
“Como prueba de esa actitud, el mismo 16 de mayo, se planteó un formato para instalar las mesas en las que se discutiría la actualización al plan y programas de estudios del CCH”.
Esa propuesta establecía que las mesas de trabajo se desarrollarían en 13 sesiones, con duración de cuatro horas cada una y la participación de 15 representantes, por cada parte, identificados y con derechos vigentes. Como resultado de esas reuniones, se elaboraría una relatoría aprobada por ambas representaciones, que se entregaría a la Comisión de Planes y Programas de Estudio del CCH, con el fin de incorporarla al debate en curso en planteles, que concluirá a fines de noviembre.
“Sin embargo, las autoridades universitarias sólo han encontrado intolerancia y pretensiones para retardar la discusión con señalamientos ajenos a cualquier argumento académico”, se apuntó en el documento distribuido hace unos momentos por la UNAM.
“La Universidad Nacional establece que, pese a las muestras recurrentes de intransigencia por parte de este grupo, continuará el proceso de discusión amplia e incluyente en torno al plan y programas de estudios hasta noviembre, como está programado”.
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