AUTOR: ADRIANA AMEZCUA.
Luis Videgaray aceptó que el país lleva años sin un crecimiento sostenido, lo que ha impedido elevar el nivel de vida de los mexicanos.
En vísperas de la conformación del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, el presidente de la República propuso que las grandes políticas económicas que emprenda su administración terminen por reflejarse en los bolsillos de sus gobernados.
Es fundamental, según Enrique Peña Nieto, que los mexicanos ganen más por su trabajo, que a las amas de casa les rinda más su gasto.
De ahí la necesidad, indicó, de no sólo mejorar las estadísticas nacionales sino la economía familiar.
En su opinion, lo anterior es posible llevarlo a cabo pues se cuenta con plena estabilidad macroeconómica, solidez institucional y un amplio consenso político-social.
Aun así, el Ejecutivo federal reconoció que el país tiene a cuestas un escenario adverso.
Acompañado por Miguel Ángel Mancera, así como por Luis Videgaray, Miguel Ángel Osorio Chong, Emilio Gamboa y otros miembros del gabinete ampliado, Peña Nieto refirió que la falta de productividad ha impactado en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
En las últimas tres décadas este indicador ha decrecido a una tasa anual promedio. En ese mismo periodo las economías de Chile o Corea, por ejemplo, crecieron a ritmos de 4.9 y 6.2 por ciento, México lo ha hecho al 2.4 por ciento.
Minutos antes de pronunciar sus discurso ante diversos representantes de los sectores empresarial, obrero-campesino y social, Videgaray respaldó con más datos duros el diagnóstico incómodo: la productividad de México está por los suelos.
No obstante los avances reflejados en la estabilidad económica y las finanzas publicas sanas, precisó que el país lleva años sin un crecimiento sostenido que ha impedido elevar el nivel de vida de los mexicanos.
Contrario a lo ocurrido en el lapso comprendido entre 1950 y 1980, de los 80 a la últimas estadísticas disponibles en 2010 la taza promedio de crecimiento en el país ha sido negativa. Lo que ha redundado en que no se generen empleos bien remunerados ni en el campo ni en la ciudad.
“Algo grave está pasando en la estructura económica de nuestro país”, afirmó. Y propuso corregir esto cambiando la concepción de la productividad: democratizándola en todas las regiones nacionales, trabajando distinto, superando la economía informal y mejorando las plataformas tecnológicas y de infraestructura al norte y al sur de México, entre otras propuestas.
Para dar el salto
Carlos Elizondo Mayer-Serra fue directo en sus planteamientos:
1. Consolidar la estabilidad macroeconómica.
2. Aprovechar que nuestro socio principal está “en medio de una renovación industrial”.
3. Que se cuenta con una nueva administración que conjunta a las distintas fuerzas políticas que están dispuestas a enfrentar a los poderes fácticos.
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