Una fuente diplomática dijo al diario 'El País' que “nadie que estuviese mediamente informado haría turismo por estas zonas”, en referencia a la supuesta actividad gastronómica que estaban realizando en Culiacán, antes de su desaparición.
La comitiva de vendedores ambulantes estaba compuesta por cuatro personas, quienes alquilaron tres coches en Guadalajara, Jalisco, y pasaron unos días recorriendo la región norteña, vendiendo abrigos hasta que desaparecieron.
Hasta ahora, las autoridades no han dado ninguna pista sobre el motivo del secuestro y asesinato.
Los cadáveres fueron rescatados de las profundidades de un riachuelo; los cuerpos estaban esposados en la parte trasera de un coche y presentaban varios disparos de bala en el cuerpo y en la cara.
Montoya y Carmona eran empresarios de Sevilla y Madrid; se hospedaban desde finales de abril en Flamingos , un modesto hotel de las afueras de Culiacán, capital de Sinaloa.
Ambos compartían una habitación y pasaban poco tiempo en el hotel: salían a primera hora de la mañana y no regresaban hasta la noche.
El pasado 4 de mayo salieron del hotel para ya no volver. Fue una persona que les acompañaba quien denunció su desaparición. Mientras los empleados del hotel aún guardan sus pertenencias, las cuales ya fueron revisadas por la Procuraduría de Justicia del estado.
Sin embargo, una fuente diplomática dijo al País que “nadie que estuviese mediamente informado haría turismo por estas zonas”, en referencia a la supuesta actividad gastronómica que estaban realizando los españoles.
Los responsables del secuestro ejecutaron a sus víctimas y lanzaron su coche, junto con ellos dentro, a un canal del río Humaya, en Culiacán.
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