AUTOR: FERNANDO CAMACHO SERVÍN.
El vehículo circulaba a 85 kilómetros por hora en una zona donde el máximo de velocidad permitido es de 60 kilómetros, según el laboratorio de reconstrucción de accidentes den AL.
Al dar a conocer las actividades del primer laboratorio de reconstrucción de accidentes en América Latina, Beltrán coincidió con los resultados del dictamen dado a conocer hace unos días por la Procuraduría General de Justicia del estado de México, en el sentido de que las causas inmediatas del siniestro pueden atribuírsele al chofer de la pipa.
Mario Muñoz, director de operaciones de laboratorio de Logistics Assistance, explicó mediante una reconstrucción por computadora que el gancho entre el primero y el segundo remolque de combustible se rompió cuando el conductor del tractocamión hizo una maniobra "intempestiva y temeraria" para tratar de esquivar una camioneta de transporte público que amagó con invadir su carril.
Además, enfatizó, el vehículo circulaba a 85 kilómetros por hora en una zona donde el máximo de velocidad permitido es de 60 kilómetros, debido a la reducción de carriles de cinco a tres.
Francisco Toledo, académico de la Universidad de Valencia, añadió que aunque las causas inmediatas del accidente son atribuibles al chofer, lo ocurrido tiene causas multifactoriales y complejas, entre ellas la operación irregular de las camionetas de transporte público --que suben y bajan pasajeros en cualquier sitio y a cualquier hora-- y la falta de regulación de las empresas de tractocamiones para seleccionar a su personal.
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