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jueves, 23 de mayo de 2013

Góngora Pimentel “quiere quitarme a los niños y entregarlos en adopción”

FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.

La ex pareja del expresidente de la Suprema Corte habló desde Santa Martha Acatitla. Dijo que el ministro busca acusarla de “maltrato físico” a sus hijos, para reclamar patria potestad, alegar después que es adulto mayor, y entregarlos en adopción.

El ministro Genaro David Góngora Pimentel buscaría acusar a su ex pareja, Ana María Orozco Castillo, madre de sus dos hijos David y Ulises, de “maltrato infantil” y reclamar así la Patria potestad de los menores, que padecen autismo, con el objetivo de entregarlos en adopción.

Así lo denunció esta mañana Orozco Castillo, presa en la cárcel de Santa Martha Acatitla, desde donde habló con Noticias MVS:

“La única forma de lograr quitarme la Patria potestad de ms hijos es comprobar maltrato infantil. Si eso se confirma, él puede reclamarla, y después argumentar al juez que él es adulto mayor, que no puede hacerse cargo de los niños, y entonces entregarlos en adopción, lo cual me parecería una aberración, siendo su propio padre”, dijo Ana María en la entrevista.

Orozco señaló que, con ese propósito, Góngora Pimentel logró que el magistrado de la Cuarta Sala de lo Familiar, del Tribunal Superior de Justicia del DF, Juan Luis González Alcántara Carrancá, solicitó que se haga “un estudio psicológico para confirmar si se ha habido maltrato contra David y Ulises”.

González Alcántara Carrancá es el mismo magistrado que ordenó reducir la pensión alimenticia que Ana María recibe para manutención de sus dos hijos a 50 mil pesos, cuando antes una juez familiar ordenó descontar 35 por ciento de los ingresos de Góngora para cubrir los gastos de David y Ulises, sus hijos con autismo.

Pero hay más:

Ana María afirma que Góngora Pimentel y el magistrado González Alcántara Carrancá (a quien Orozco sólo llama “Carrancá”) son amigos.

Dice que eso le consta porque en 2005 –dos años después de que inició una relación con ella- Góngora la invitó a trabajar en su oficina de la Suprema Corte de Justicia.

“Eran amigos. Yo los enlazaba por teléfono, llamaba a su oficina. Yo hice las reservaciones para que fueran a comer o desayunar. Se veían frecuentemente, a veces en el Club de Banqueros”, explicó.

Por esa relación y por el tipo de resoluciones en su contra, Ana María supone que Góngora ha incurrido en “tráfico de influencias” en este caso.

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