AUTOR: CIRO PÉREZ SILVA.
El objetivo es que haya operaciones plenamente coordinadas con las fuerzas de seguridad de EU, mientras que esepasí necesita impedir el flujo de armas hacia México, señaló.
A cuatro años de presentar a ambos gobiernos el informe "Soluciones conjuntas a problemas comunes", con una serie de recomendaciones en áreas diversas, reconocen avances por parte de México y Estados Unidos, aunque “el progreso en muchos frentes se ha quedado corto, o ha sido lento y frustrante¨, destaca el documento de resultados presentado durante la reciente visita del presidente Barack Obama a México.
El PCPI, que reúne a las principales autoridades en temas relacionados con América Latina y Comexi, considerado el primer gabinete estratégico (Think-Tank) de México en el análisis de la realidad internacional, convienen en la urgencia de una reforma migratoria integral, ya que mientras la demanda de visas exceda a la oferta, y los trabajadores indocumentados sigan pudiendo encontrar empleo en Estados Unidos, un mayor número de posibles inmigrantes intentará cruzar la frontera de manera no autorizada.
“Un enfoque integral de la reforma migratoria podría mejorar la seguridad fronteriza, al permitir a las autoridades en ambos lados de la frontera centrarse en las verdaderas amenazas a la seguridad pública, y… provocar el debilitamiento de las organizaciones criminales que abusan de los inmigrantes no autorizados”, establecen.
Refieren que el comercio y los viajes a través de la frontera continúan creciendo. En 2012, el intercambio comercial bilateral alcanzó casi 500 mil millones de dólares y cerca de 160 millones de cruces legales de personas.
Agrega que a pesar de la percepción en el sentido de que la frontera sigue siendo porosa para la delincuencia y la inmigración no autorizada, “la frontera es ahora más segura de lo que ha sido en ningún momento de la historia”. Respecto de la seguridad, destacan que “desafortunadamente, México no ha reestructurado las fuerzas del orden en la frontera para homologarlas con sus contrapartes estadounidenses”.
En el periodo reportado, ninguno de los dos países ha logrado reducir los tiempos de espera a no más de 20 minutos en cualquier dirección en que se cruce la frontera; los puertos de entrada aún no cuentan con el personal necesario para manejar el volumen de cruces que enfrentan. En el lado mexicano, las inspecciones de los agentes aduanales siguen siendo innecesariamente costosas, lo que aumenta afecta significativamente los costos de importación.
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