AUTOR: Roberto González Amador.
En abril de este año, el saldo del crédito otorgado por la banca comercial a financiar al sector primario de la economía, que concentra actividades agrícolas, pesqueras y silvícolas, disminuyó a 49 mil 241.5 millones de pesos, de acuerdo con datos del banco central. Esta cantidad, equivale a 2.16 por ciento del crédito otorgado por la banca al sector privado, añadió la información. En 2000, las actividades primarias concentraban 5.6 por ciento del crédito bancario.
El crédito al sector industrial, actividad que representa una cuarta parte de la economía nacional, también ha descendido en el periodo de referencia. En abril de este año, el financiamiento de la banca comercial en este sector se situó en 570 mil 318 millones de pesos, cantidad equivalente a 24.6 por ciento del crédito total. Este porcentaje fue menor al registrado en 2000, cuando 27 por ciento de los préstamos de la banca eran canalizados a este rubro, según la información del banco central.
En el sector de los servicios, que aporta poco más de dos tercios del producto interno bruto (PIB) nacional, se registra la misma tendencia. En abril de este año, recibió financiamiento por 592 mil 589 millones de pesos, cantidad que fue equivalente a 25.6 por ciento del crédito total de la banca. Esa proporción fue menor a la registrada en 2000, cuando era de 32.5 por ciento.
Una tendencia opuesta ocurrió en el financiamiento al consumo, renglón que incluye las tarjetas de crédito, los préstamos personales y aquellos que los usuarios garantizan con su pago de nómina. En este rubro, el crédito de la banca alcanzó en abril 632 mil 258 millones de pesos, 27 por ciento del financiamiento total de la banca al sector privado.
En 2000, el crédito de la banca al consumo representaba 6.3 por ciento de los préstamos que concedía al sector privado, lo que significa que, desde entonces, ha multiplicado por seis su participación, según los datos del banco central.
La banca del subdesarrollo
Los datos sobre la caída en el financiamiento a las actividades productivas en contraposición al aumento en los préstamos al consumo muestran la necesidad que hay en el país de que exista un verdadero banco de fomento, comentó este martes Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente de la organización de usuarios de la banca El Barzón, que tiene entre sus afiliados a productores del campo.
La propuesta del gobierno federal, avalada por las dirigencias de los tres principales partidos políticos, para modificar a la banca de desarrollo como parte de la reforma financiera “es verdaderamente conservadora”. La iniciativa sigue dejando al país sin un verdadero aparato financiero para el cumplimiento de metas productivas, nuevos programas de desarrollo regional y el apoyo decidido a pequeñas y medianas empresas, así como unidades de producción agrícola de miles de familias que desde hace años han carecido de financiamiento de la banca comercial, dijo Ramírez Cuéllar.
El 8 de mayo pasado, el gobierno federal envió al Congreso una iniciativa de reforma financiera que, respecto de la banca de desarrollo, plantea que el principal objetivo de la propuesta es “flexibilizar el marco normativo” que rige a esas instituciones “a fin de contribuir al desarrollo del sistema financiero y fortalecer a las propias instituciones”.
Entre los bancos de desarrollo están Nacional Financiera, Banco Nacional de Comercio Exterior, Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, Banco del Ejército y Fuerza Aérea, Financiera Rural y Sociedad Hipotecaria Federal.
Bajo el dogma de la liberalización financiera y el apoyo absoluto a los bancos privados, los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional tomaron la decisión de reducir al mínimo el papel de al banca de fomento, comentó Ramírez Cuéllar. Estas instituciones prácticamente fueron desmanteladas y hoy sólo canalizan crédito por un monto menor a 5 por ciento del PIB; en el caso de las instituciones dedicadas a la agricultura, su financiamiento es menor a 1 por ciento del PIB, dijo.
“Las instituciones de fomento son hoy una banca en el subdesarrollo, incapaz de cubrir los enormes huecos que deja la banca privada en muchos segmentos de la economía que son detonantes del crecimiento”, aseguró.
Los sectores productivos del país, sostuvo, demandan un banco de fomento económico y de desarrollo social, así como un verdadero sistema de garantías, coberturas y seguros, además de fondos de inversión de riesgo y diseño de proyectos productivos y empresariales, agregó.
“Las instituciones de banca de fomento deben ser sometidas a una reforma mayor. El primer paso es unificar todo el esfuerzo crediticio y los recursos públicos que hoy se encuentran desarticulados en diversas instituciones, fondos, fideicomisos y partidas presupuestales y a partir de ello asegurar el cumplimiento de metas de producción regionales y nacional y el estímulo a actividades industriales que son detonantes del crecimiento”, comentó.
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