lunes, 3 de junio de 2013

Cisen infiltrado en #YoSoy132 desde su nacimiento (segunda parte)

FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0

(03 de abril, 2013) A casi un año de que Manuel Cossío Ramos diera a conocer una grabación en la que aseguraba que el movimiento estudiantil #YoSoy132 era manejado por la izquierda mexicana, la revista Contralínea publicó información que delata su actual vínculo con el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Cossío le ofreció al movimiento un caballo de Troya: se presentó como un joven empresario, entusiasmado por el despertar estudiantil, productor de conciertos que, motivado por el cambio que necesitaba el país, había adquirido el dominio en internet de la página www.yosoy132.mx, que ya tenía miles de seguidores.

Lo que al principio pareció un aporte significativo, una plataforma web que permitía difundir las acciones de #YoSoy132 y aumentar la interconexión entre los adeptos, más tarde fue el pase de entrada que le permitió a Cossío Ramos el acceso a los círculos más íntimos del movimiento, su estructura, planes y articulación.

La primera vez, Cossío llegó en una moto ostentosa, chamarra de cuero y collar de oro a una reunión que la coordinadora interuniversitaria de #YoSoy132 citó en el Parque Hundido, el 22 mayo, a tan sólo 11 días de que el descontento inicial en la Universidad Iberoamericana hubiera impulsara la creación del movimiento. Cossío se presentó a ofrecer sus servicios: el dominio www.yosoy132.mx y la base de datos que había logrado reunir.

De acuerdo con investigación de REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO, el dominio se adquirió el 18 de mayo de 2012 ¿Cómo había logrado Cossío reunir un millón de usuarios, montar una página web y nutrirla diariamente de contenido él sólo?

En la reunión del 22 de mayo, después de ser sometido a votación, Cossío tuvo el visto bueno para entrar al movimiento. Sin embargo, su perfil, como lo señala Antonio Jiménez (vocero de La Salle dentro de la coordinadora), “no cuadraba, en ese momento inicial el movimiento era claramente universitario”. En aquel tiempo, Cossío dijo haber egresado de la Ibero, más tarde dijo ser adepto del Partido Acción Nacional (PAN) y tener dentro del movimiento más que una motivación política, un interés personal de incluirlo en su currículum.

Ricardo Bernal, entonces miembro de la coordinadora, dice que Cossío parecía seguir una estrategia: infiltrarse, documentar, interrogar a los miembros y allegarse a las cabezas mediáticas más visibles del movimiento; fue por esta última que llegó a Saúl Alvídrez, protagonista de los videos que difundió Cossío.

Saúl era en ese momento estudiante de derecho y economía del Tecnológico de Monterrey, vocero de su universidad dentro de la coordinadora de #YoSoy132 y en aquella época no había tenido ninguna relación con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), al cual se le vinculó el 18 de junio con las grabaciones difundidas por Cossío.

Cossío nunca cumplió su oferta inicial, la gestión del sitio web no fue cedida a la administración de medios de #YoSoy132; lo publicado tenía una fuerza doble: no era controlado por el movimiento en sí, pero tenía su aval. La fortaleza de ser reconocido como la plataforma de difusión oficial le permitió engrosar la base de datos que, de acuerdo con los usuarios, pedía con detalle datos personales e incluso preguntaba por quién pensaban votar.

Días antes de que Cossío difundiera las grabaciones, precisamente en la página de yosoy132.mx, corrió el rumor de que había vendido la base de datos con fines electorales al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que en las elecciones presidenciales apoyó al candidato priista. A esa información se le sumaron las acusaciones de haber atropellado a manifestantes del plantón de 2006 en Paseo de la Reforma que denunciaba el fraude electoral.

Cossío Ramos acompaña las supuestas filtraciones con un video propio en el que responsabiliza, si algo llegara a ocurrirle, a Saúl y a una serie de políticos de la izquierda mexicana, por lo que dice tendrá que salir del país para evitar cualquier ofensa a su familia.

Jenaro Villamil, en un artículo especial para la revista Proceso, advierte que el caso Cossío, de infiltración y espionaje gubernamental en un movimiento social, puede tener réplica en algunos profesores de la Ibero. La desconfianza que Cossío generó en varios miembros del movimiento expande una duda, ¿fue Cossío el único infiltrado?

REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO intentó contactar a Manuel Cossío vía telefónica para conocer su postura, pero fue imposible localizarlo.

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