AUTOR: ANTONIO HERAS.
Se trata de Jerónimo Vera Ayala. Él es uno de los hijos gemelos de Antonio Vera Palestina, compadre y jefe de seguridad de Hank Rhon cuando el periodista Héctor Félix Miranda El Gato fue asesinado.
Vera Ayala fue detenido en febrero de 2012, en Guadalajara. Primero estuvo arraigado y después fue internado en el penal federal de Puente Grande.
Vera Ayala salió libre el 7 de junio pasado, debido a la protección de un amparo federal contra la orden de formal prisión, librada por delincuencia organizada y delitos contra la salud.
Carolina, un testigo protegido de la Procuraduría General de la República (PGR) cuyo nombre real es Carlos Fernando Vázquez Figueroa, lo acusó de colaborar con cárteles de las drogas. Carolina dijo que Vera Ayala protegía cargamentos de droga para su cruce a Estados Unidos, según la causa penal 155/2012 del Juzgado Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en la capital de Jalisco.
La declaración de este testigo protegido implicó la reaprehensión de Jorge Hank, tras ser liberado del penal de El Hongo en 2011 por supuesto acopio de armas. Carolina dijo que Hank Rhon ordenó el homicidio de Angélica María Muñoz Cervantes, quien tuvo un hijo con Sergio Hank Krauss. En ambos casos judiciales, el propietario del equipo Xolos de Tijuana y del Hipódromo de Agua Caliente fue exonerado el mismo día.
Este caso evidencia, de nuevo, el problema que han significado los juicios sustentados en testigos protegidos. Proceso, en su edición 1907, documentó el enorme poder que la PGR les otorgó durante el sexenio de Felipe Calderón: testigos identificados como Jennifer y El Pitufo decidieron la suerte de generales, altos funcionarios y civiles. Sin embargo, las acusaciones terminaron derrumbándose.
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