FUENTE: PROCESO.
MÉXICO, D.F. (apro).- El semanario inglés The Economist –considerado la Biblia del pensamiento neoliberal– afirmó que “los mexicanos se están volviendo demasiado burgueses como para cruzar ilegalmente a Estados Unidos”.
El texto, que aparece en la más reciente edición de la revista, asienta: “Actualmente, los mexicanos prefieren quedarse en la secundaria que afrontar los riesgos del desierto, las serpientes de cascabel, los bandidos asesinos yLa Migra. (…) Ahora, antes de emigrar, son mucho más propensos a tener un título que hace siete años. Y la escolaridad en los jóvenes mexicanos de 15 a 19 años es bastante similar a la de Estados Unidos. Si los trabajadores más educados emigran aumenta su capacidad para generar ingresos. Esto da más oportunidades de alcanzar la clase media cuando ellos y sus recursos llegan a México. En cuyo caso, cada vez menos tendrán que emigrar a El Norte. Eso es progreso real”.
A partir de este momento, el texto comienza a documentar el progreso que, según sus datos, ha tenido México en los últimos años: “Muchos son reacios a admitir que el país se ha convertido en una nación clasemediera. Esto se debe, en parte, a que mucha de la narrativa histórica de México es sobre la pobreza. Hace medio siglo, 80% de los mexicanos era pobre. También se debe a que, para los socialistas de gabinete, los modos de definir la clase media incluyen el acceso a cosas que a menudo se consideran abominablemente estadunidenses, como las que se venden en cadenas como Walmart”.
El reportaje cita tres estudios que hablan sobre la tendencia: uno del Grupo de Estudio de Migración Regional, uno del instituto estadunidense Woodrow Wilson y el más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que desató la indignación en México, al evidenciar que 59.1% de los mexicanos pertenece a las clases bajas, y sólo 39.2% a las clases medias.
The Economist –que tiene por política editorial no firmar los textos de sus colaboradores– ve las cosas de un lado más amable: “Guste o no, cada vez más informes están profundizando en el tamaño y la composición de la clase media mexicana. El último es del Inegi. Su análisis sugiere que la clase media no es tan grande como algunos habían pensado. Abarca 39.2% de la población. La cifra representa un aumento de cuatro puntos porcentuales de 2000 a 2010, que no parece mucho, aunque pudo haber sido presionada por el impacto de la crisis financiera mundial de 2008-09.
Sólo 1.7% de la población se considera de clase alta, mientras que el 59.1% se encuentra en las clases más bajas. Eso no significa necesariamente que vive en la pobreza, pero es más propensa a caer en ella cuando golpea la adversidad. La pobreza todavía acecha el campo. En las ciudades, por lo menos la mitad de la población es ahora la clase media”.
El reportaje concluye con una advertencia: “Es tan importante ser consciente de la creciente clase media de México como de la pobreza escandalosa y la falta de movilidad social que aún existe. Como las protestas en Brasil indican, la clase media no es algo que pueda darse por sentado. Puede ser una fuente de estabilidad política, pero también puede, repentinamente, estallar en ira si no se tienen en cuenta sus intereses”.
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