AUTOR: HUGO ALBA/ RIVELINO RUEDA.
El mandatario mexicano presenta una iniciativa para que los menores de 15 años no trabajen.
En el texto se establece que los mayores de esta edad y menores de 16 tendrán como jornada máxima la de seis horas.
Peña Nieto resaltó que México ha avanzado considerablemente en el reforzamiento de sus esquemas de protección de los derechos humanos y específicamente en los derechos de los niños y adolescentes.
Sin embargo, por lo que hace a la prohibición del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente permitido, persiste un importante pendiente para la actualización del marco normativo aplicable en lo que se refiere a la edad mínima de admisión al empleo.
Aseguró que con esta iniciativa se presenta la oportunidad para consolidar la tutela del desarrollo integral y armónico de la infancia en el país y para hacer que nuestra legislación sea acorde con los estándares internacionales en la materia.
Aseveró que esta reforma permitirá dotar a los niños y adolescentes de un marco normativo más amplio para la protección de sus derechos, atendiendo así al principio del interés superior de la niñez previsto en el artículo 4º de la Constitución.
Precisó que con esta reforma el Estado mexicano reitera la prioridad de la educación, buscando disminuir de manera significativa la deserción escolar y generando con ello la posibilidad de que los niños y adolescentes continúen su preparación y mejoren su empleabilidad.
Manifestó que con la aprobación de esta enmienda, también se estaría en posibilidad de ratificar el Convenio 138 la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con lo que México asumiría la responsabilidad global que le corresponde en materia de prevención y erradicación del trabajo infantil, en el marco del principio del interés superior de la niñez.
En la exposición de motivos del decreto por el que se reforma el citado artículo 123, Apartado, fracción III de la Ley Suprema, el Ejecutivo Federal hace referencia a lo establecido por la OIT de que el trabajo ejercido por menores de 15 años, los priva de su niñez, de su potencial y dignidad y perjudica su desarrollo físico y psicológico, además de que resulta peligroso para su bienestar mental o moral e interfiere con su escolarización, o les exige combinar el estudio con un trabajo pesado que consume mucho tiempo.
Reconoció que la problemática del trabajo infantil en México es multifactorial y requiere del concurso de los sectores productivos, de la sociedad civil organizada y de los distintos órdenes y ámbitos de gobierno, para combatirlo en sus diversas manifestaciones, causas y efectos.
Aceptó que en el país el trabajo infantil es un fenómeno recurrente que se realiza en el seno familiar, como un apoyo para su sustento, que crece continuamente y que en muchos casos representa un factor que expulsa a los niños y adolescentes de sus hogares para que contribuyan al gasto familiar a costa de su educación, salud, y sano desarrollo, lo cual produce efectos negativos en el desarrollo social, cultural, económico y humano de la sociedad mexicana.
Destacó que el trabajo infantil ha sido utilizado como alternativa de supervivencia ante el desempleo y el deterioro del salario. No obstante, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en América Latina, ha evidenciado que pese al trabajo de niños y adolescentes, el poder adquisitivo de las familias aumenta máximo entre 10 y 20 por ciento, pero no resuelve los problemas de pobreza.
Según el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT, en el “Estudio Económico de los Costos y Beneficios de Erradicar el Trabajo Infantil”, los beneficios de la eliminación del trabajo infantil son siete veces mayores que sus costos, ello aunado a los beneficios sociales, educativos y humanos.
El presidente Peña Nieto señaló que según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México existen 3 millones 136 mil niños que trabajan, los cuales provienen principalmente de hogares de bajos ingresos y son hijos de padres con baja escolaridad y en la mayoría de estos casos la deserción escolar se acentúa a partir de los 12 años.
Indicó que en los últimos años el porcentaje de los niños y adolescentes que no asisten a la escuela porque trabajan, ha llegado a 46 por ciento, lo que significa que de los 3 millones de niños ocupados, 1.2 millones no asiste a la escuela, de los cuales72.3 por ciento son niños y 27.7 por ciento son niñas.
Resaltó que México ha ratificado convenios sobre la edad mínima en labores específicas, por ejemplo el Convenio 182 de la OIT sobre la prohibición de las peores formas de trabajo infantil y la acción inmediata para su eliminación, que inhibe prácticas como la esclavitud o análogas, la venta y trata de niños, servidumbre por deudas, condición de siervo y el trabajo forzoso u obligatorio, incluido el reclutamiento.
Obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados, la utilización de niños para la prostitución.
Realización de actividades ilícitas o cualquier trabajo que por su naturaleza o por las condiciones en que se lleve a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.
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