La integrante de la Red Cívica Veracruzana (RECIVE) ex consejera del IFE, Daniela Griego Ceballos, preció lo anterior y reconoció que Morris no tiene personalidad jurídica electoral.
“Hay que aclarar algo por unas declaraciones que hubo de gente del IEV, si en el recuadro en blanco que aparece en la boleta el ciudadano decide poner el nombre de un candidato no registrado, aunque en este caso sea un gato, no es un voto nulo, son votos que se cuentan aparte para candidatos no registrados. No es un voto nulo ni inválido, son votos que cada vez toman más fuerza para que se formalicen las candidaturas ciudadanas”, precisó Griego Ceballos.
La integrante de la Red Cívica Veracruzana (Recive) dijo que hay una desinformación por parte del Instituto Electoral Veracruzano hacia los ciudadanos, y esa desinformación además la están dando a los funcionarios de casilla que están capacitando.
Los ciudadanos tienen derecho, explicó quien fuera consejera del IFE en Xalapa, a dar su voto no tan sólo a algún candidato registrado de un partido, sino a cualquier otra persona, y eso, mientras más se haga, “toca cada vez más fuerte las puertas para que se abran las candidaturas ciudadanas, para que se oficialicen”.
Morris, el gato: el hartazgo
En ese sentido, dijo que el Candigato Morris representa el hartazgo de la sociedad hacia los partidos políticos, pues la ciudadanía ya no se siente identificada ni representada por los políticos y funcionarios públicos, por eso ahora ha causado tanta simpatía “Morris”, ejercicio que ya se ha hecho en otras ciudades de México y en otros países, incluso en Xalapa hace años, estudiantes universitarios postularon al “burro Chon”, aunque entonces no tuvo tanto auge el movimiento.
No obstante, Daniela Griego Ceballos dijo que aunque es muy respetable la intención de voto hacia Morris como muestra del hartazgo social, el ejercicio hubiera resultado más interesante si en vez de un gato se tratara de una persona, “porque sería un experimento que tendría mayor exigencia para que haya validez de las candidaturas ciudadanas”.
Y es que de acuerdo al código electoral, en principios de elegibilidad, un candidato es elegible si es mayor de 18 años y tiene personalidad jurídica que lo acredite, entre otros requisitos. En el caso de Morris, que es un gato, no tiene personalidad jurídica.
“Morris es un caso muy significativo porque también es a modo de burla de la sociedad el decir: miren, no tenemos opciones, preferimos a un gato que elegir a alguno de ustedes… Eso tiene que ver con la falta de confianza en los actores políticos, en las instituciones electorales, y en la falta de propuestas… Ojalá que Morris en vez de un gato fuera una persona que realmente representara una posibilidad, en este caso es una opción de expresar un hartazgo, y s válido que la gente lo haga, no que lo se vale es que la gente deje la boleta en blanco”.
Lo interesante, dijo Griego Ceballos, es que ante la crisis política y de credibilidad, la gente está optando por votar y por no dejar su boleta en blanco, lo cual, a modo de ejercicio, reforzará la exigencia de que se formalicen las candidaturas ciudadanas.
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