AUTOR: ARMANDO ESTROP.
Humberto Benítez Treviño fue advertido por su secretario sobre la inconformidad de su hija en el restaurante, y él mismo dio la orden para que fueran los inspectores a revisar.
Fuentes de la dependencia confirmaron que al sentirse inconforme con el trato de ese establecimiento Andrea Benítez , la hija del funcionario y hoy conocida como Lady Profeco, llamó el viernes 26 de abril al secretario particular de su padre, Fernando Díaz Juárez.
La llamada la realizó poco después de la 15:00 horas y luego de amenazar en el restaurante de la Colonia Roma que mandaría inspectores de la dependencia pues su padre era el procurador.
Díaz Juárez se comunicó con su jefe, que convalecía de una operación en casa y fue de ahí de donde salió la orden para que fueran los inspectores a revisar el restaurante.
Lo que sucedió fue noticia internacional. El capricho de la hija de un funcionario logró ser trending topic en la red social tuiter y se prestó para bromas, especulaciones e incluso para que conductores de radio pidieran la renuncia de Benítez Treviño.
El funcionario federal, exdiputado, exprocurador General de la República y amigo del presidente Enrique Peña Nieto se disculpó. También se disculpó su hija.
Sin embargo la indignación y la presión en redes sociales aumentó al grado que tuvo que intervenir la Secretaría de la Función Pública.
La dependencia interrogó a quienes intervinieron en el operativo y ex culpó desde un principio a Humberto Benítez Treviño.
El pasado 9 de mayo la SFP informó que suspendería a cuatro funcionarios pues actuaron sin cumplir con los requisitos mínimos para una denuncia anónima.
Los acusó de actuar por su cuenta.
Entre quienes recibirían este castigo está el Sub Procurador Roberto Figueroa Martínez a quien, de acuerdo a los interrogatorios, se le informó alrededor de las 19:00 horas que se realizaría el operativo por órdenes del titular de Profeco.
Lo cierto es que desde horas antes ya se había hecho el operativo que terminó en escándalo pues los comensales se inconformaron e incluso grabaron las arbitrariedades que se querían cometer.
Fue Jesús Rangel Espinosa, Director General de Verificación, y que también sería suspendido por la Función Pública, quien firmó la orden de inspección mucho tiempo antes de que se avisara a Figueroa Martínez.
Rangel es suegro del secretario particular Fernando Díaz Juárez, y quien fuera el portavoz de la orden superior para ejecutar el operativo.
“Por mi cabeza nunca pasó renunciar”, declararía el priista mexiquense días después. Con esto hacía gala de no tener responsabilidad y de estar bien posicionado en el cargo.
Sin embargo su cabeza rodó. En rueda de prensa el titular de la Segob anunció su salida. El cese era también, dijo, un mensaje para todos.
“Con esta decisión el presidente de la República envía un mensaje claro a todos los servidores públicos de la federación, a todos quienes tenemos responsabilidad en este gobierno, de que además de cumplir nuestras funciones dentro del marco de la Ley, estamos obligados a desempeñarnos con ético y absoluto profesionalismo”, fueron las palabras del secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, al anunciar el cese de Humberto Benítez Treviño.
Las fuentes de la Secretaría de la Función Pública explican que ahora esa dependencia y su titular se encuentran en una encrucijada.
Las declaraciones y la investigación apunta en una sola dirección, pero esa dirección ya fue exonerada de antemano.
“Actualmente el Secretario de la Función Pública, el contador Javier Olivas, se encuentra en una posición difícil ya que sus empleados exoneraron a Benítez Treviño antes del tiempo necesario que la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos requiere para iniciar un proceso”, confiaron.
Es decir que los cuatro funcionarios tendrán que recibir la suspensión administrativa y la otra sanción que resulte a pesar de que sólo obedecieron las órdenes de su jefe.
Todo porque la hija, Andrea Benítez, no recibió una mesa en exterior y en zona de fumar, como lo exigía.
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