FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: ENRIQUE LEGORRETA.
La disputa entre Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones por el poder interno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) tuvo como escenario este fin de semana la elección de la nueva dirigencia de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), que recayó en Cristina Díaz, senadora de la República cercana al grupo político del titular del ejecutivo.
Esta designación se ha interpretado como un revés al poder de Beltrones al interior del PRI y como un reflejo de las “viejas” prácticas políticas en que la elección de los órganos internos del tricolor es dictada por el titular del Ejecutivo.
El triunfo de Cristina Díaz pone fin a un control de once años de Manlio Fabio Beltrones, y se suma a la derrota el pasado 7 de julio del candidato a gobernador en Baja California, Fernando Castro Trenti, quien era apoyado por el líder de la bancada priista en la Cámara de diputados.
Al tomar el cargo, Díaz señaló que “tenemos frente a nosotros la inexorable oportunidad y responsabilidad de acudir a la cita y el compromiso histórico que tienen la CNOP y el PRI frente a la sociedad para definir un nuevo rumbo para el país junto a nuestro presidente Enrique Peña Nieto”.
Esta alineación de los sectores tradicionales del priismo con la figura del presidente abona a las versiones de que el PRI se ha convertido en un satélite de Los Pinos, ya que el primer mandatario es quien ha tomado el control de las decisiones internas del partido.
Aunque de momento el partido muestra una vigorosa unidad, el desplazamiento de grupos de poder –como el de Beltrones– que se habían consolidado mientras el PRI estuvo fuera de la Presidencia, podría conjurar al fantasma de la guerra interna, que se ha señalado como el principal factor que llevó a la derrota priista en las elecciones presidenciales del año 2000.
Con el control de la CNOP, el peñanietismo se asegura la lealtad del partido rumbo a los comicios intermedios de 2015.
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