A través de un comunicado, la CNDH indicó que “ve con especial preocupación los agravios a periodistas y comunicadores, porque cuando se vulneran sus derechos humanos, entre ellos el derecho a la vida, se vulnera también el derecho de toda la sociedad a estar debidamente informada”.
La Comisión retomó las versiones periodísticas donde se indica que el reportero fue detenido por agentes de la Policía Estatal el pasado mes de mayo, junto a otro de sus compañeros, mientras tomaba fotos de un supuesto mensaje dejado por el narco colocado en un puente peatonal de la carretera Oaxaca-Puerto Escondido, cerca del aeropuerto local.
El cuerpo de Alberto López Bello fue encontrado este miércoles, con impactos de bala, cerca de un arroyo de la capital oaxaqueña. Junto a él se halló otro cuerpo aún sin identificar.
El procurador de justicia del estado, Manuel de Jesús López, no confirmó que el crimen estuviera relacionado con la labor periodística del reportero especializado en temas de seguridad pública.
Junto a los cuerpos, que presentaban también señales de tortura, fueron encontrados restos de maderas y piedras con sangre, aunque las autoridades no encontraron mensajes dejados del crimen organizado que pudieran confirmar que su asesinato se debió a su oficio.
Alberto López Bello laboraba desde hace seis años en el periódico El Imparcial, uno de los más importantes de Oaxaca, y el día de su desaparición había acudido a laborar con normalidad, indicó un compañero de su medio.
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