FUENTE: REVOLUCÍON 3.0
AUTOR: NATALIA ANTEZANA BOSQUES.
México es el segundo país en vías de desarrollo con los flujos financieros ilícitos más altos, según Global Financial Integrity (GFI). Se estima que entre el año 2001 y el año 2010 el flujo financiero ilícito en el país fue de 476 mil millones de dólares, únicamente superado por China.
Ese monto millonario es equivalente al costo de 5 millones 712 mil casas –con valor de 1 millón de pesos cada una. Es decir que con esa cantidad casi 6 millones de familias mexicanas podrían adquirir un bien inmueble.
Como se trata de dinero ilegal es muy difícil hacer una valoración real al respecto. Una nueva metodología que han desarrollado los investigadores del GFI estima que los países en desarrollo han perdido 1 billón 138 mil millones de dólares en el año 2010 en los flujos financieros ilícitos, un 26 por ciento más que en el año 2009.
El “lavado de dinero” es la manera de integrar al mercado legal los fondos de procedencia ilícita. Según un estudio realizado por la Cámara de Diputados mexicana, la suma total de fondos blanqueados en el mundo podría variar entre el 2 y el 5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. En el caso mexicano se estima que el lavado de dinero asciende a casi 10 mil millones de dólares al año, lo que representa el 3.6 por ciento del PIB del país.
La manipulación de los precios en el comercio es el principal canal para la transferencia de capitales ilícitos en México: un claro ejemplo son los bienes raíces. Comprar casas, terrenos, departamentos o cualquier propiedad es una manera de blanquear el dinero, puesto que la compra se hace en efectivo y el título de propiedad ya no es ilegal.
¿Cómo nos afecta el lavado de dinero?
Marcos Czacki Halkin, Director Jurídico de Daimler Financial Services México, explicó a REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO que el lavado de dinero genera una competencia desleal en la economía.
Es decir, si se quiere blanquear divisas en la compra de una casa que cuesta alrededor de 1 millón de pesos, la persona interesa en legalizar su dinero ofrecerá una cantidad mayor a la oferta original, lo cual provoca que los precios de casas con costos similares se eleven en respuesta a la demanda.
O si en una colonia de repente se abren varias tiendas de abarrotes, que ofertan sus productos con precios más baratos –con tal de blanquear el dinero– a comparación de otros negocios que son legales, se genera una competencia desleal, puesto que la gente preferirá comprar en el lugar con productos de menor costo.
Otro ejemplo cotidiano se puede reflejar en los restaurantes. Existen algunos negocios de este rubro que no tienen clientela, sin embargo, reportan ventas millonarias.
Prácticas de lavado de dinero se realizan de manera cotidiana a través de diferentes actividades económicas en México y en el mundo.
Uno de los casos más escandalosos de lavado de dinero es el del banco HSBC, que permitió el blanqueo de miles de millones de dólares procedentes del narcotráfico, contrabando de armas y terrorismo.
Un reporte de un Subcomité del Senado estadounidense señaló que HSBC México tiene una gran cantidad de clientes relacionados con el tráfico de drogas y cuentas marcadas para cerrarse por actividad sospechosa, pero cuyo cierre se retrasó.
En diciembre del año pasado HSBC acordó pagar una multa de casi 2 mil millones de dólares para resolver acusaciones de lavado de dinero en México y otros países. Con este acuerdo jurídico el banco evitó cargos criminales por su conducta violatoria de varias leyes de Estados Unidos.
Czacki señaló que, a diferencia de otros países de América Latina, México postergó por mucho tiempo una legislación más estricta sobre el lavado de dinero. Explicó que fue una de las últimas leyes promulgadas en el sexenio de Felipe Calderón, a pesar de la insistencia de organismos internacionales.
El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), creado por el G-7 en 1989 en París, ha insistido desde hace años a México para que legisle de manera más estricta el combate al flujo financiero ilícito.
El grupo multinacional –que comenzó a trabajar en un esfuerzo coordinado contra el lavado de dinero en el mundo–, cuenta con 36 miembros (34 países y 2 organizaciones). GAFI emitió 40 recomendaciones al Estado mexicano en febrero de 2012, algunas de las cuales fueron plasmadas en la nueva Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones de Procedencia Ilícita, que entró en vigor el 17 de julio.
Esta nueva ley regula las transacciones de manera más estricta y señala como sujetos obligados a las personas dedicadas al comercio de vehículos, industria inmobiliaria, otorgamiento de crédito, servicios aduanales, entre otros.
A partir de ahora deberá reportarse la compraventa de vehículos, ya sean terrestres, aéreos o marítimos, cuyo costo exceda los 415 mil pesos, así como las operaciones en el sector inmobiliario que superen los 519 mil pesos; emisión de tarjetas de servicios arriba de 83 mil pesos, donaciones que superen los 207 mil pesos, entre otras.
Sin embargo, deja afuera a regímenes simplificados de flujo de efectivo como el servicio público de transporte, establecimientos con grandes cantidades de efectivo como restaurantes, cines, centros nocturnos, salones de fiesta y gasolineras; hotelería; remodelaciones inmobiliarias; compra de empresas o negocios ya establecidos, entre otros.
Cabe señalar que aún está pendiente la publicación del Reglamento de Ley, el cual brindará mayor certeza tanto al cumplimiento de la ley como a la forma en que habrán de realizarse los reportes a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a través del Sistema de Administración Tributaria.
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