AUTOR: NATALIA ANTEZANA BOSQUES.
“Compañeros, es un honor para mí de haber sido privilegiado en recibir la invitación de la escuelita –en la que se impartirá la cátedra-, porque realmente la necesitamos para seguir caminando juntos” escribió el maestro en la misiva.
La cátedra es un espacio en que será escuchada la palabra de los pueblos originarios de México y que se realizará en diferentes puntos de la “América Originaria” y entre los invitados a participar están los presos políticos.
En la carta de invitación se explica que la ausencia de los presos políticos se genera a través de “artimañas jurídicas”, por las que “se encuentran en las cárceles del mundo o en situación de asilo político”.
Desde el Penal No. 5, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, “este lugar de nuestra trinchera”, Patishtán envía un saludo “combativo” y “bendiciones de Dios”. A la vez, reafirma que no hay otro camino “más mejor” que el amor, el cual: “unifica, comparte, se dispone en el servicio, es compasivo, busca el bien común, es sincero, honesto, sabe escuchar, es paciente, dice verdades sea quien sea, aborrece la mentira, se alegra en la justicia, habla poco y cuando habla, habla que hasta los contrarios tiemblan, se olvida de sí mismo, en fin el Amor echa fuera el miedo”.
Concluye enviando un abrazo fraterno y reitera su agradecimiento por las lecciones de los zapatistas y señala que esas acciones “nos hace uno en todos y todos en uno en el reclamo de la justicia”.
Hace 13 años, el 19 de junio del año 2000, Alberto Patishtán fue apresado después de que lo acusaran de ser el único responsable de la emboscada en que murieron 7 policías en la carretera Simojovel-El Bosque.
Varias organizaciones, entre las que se encuentra Amnistía Internacional, han aportado pruebas que demuestran su inocencia y, con ellas, exigen su libertad.
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