El sacerdote enviará una carta al Vaticano para pedir que investigue y se pronuncie sobre los 26 mil desaparecidos con el gobierno de Peña Nieto.
“Tenemos pastores aquí, los pastores han hecho algo, pero no ha alcanzado, no ha sido suficiente. Es necesario conmover al Papa para que motive a la jerarquía católica y se conduela y haga algo más de lo que están haciendo”, dijo en entrevista con Aristegui CNN.
El sacerdote explicó que familiares de los extraviados escribieron una serie de cartas para exponer su situación al Sumo Pontífice, primero serán enviadas a sacerdotes mexicanos, quienes las van a suscribir. Luego, Solalinde elaborará una síntesis, para mandarla al Vaticano vía el Nuncio Apostólico.
Yolanda Montes Ortiz, madre de Mara Gómez Montes, relató que hace tres años que no ve a su hija, una joven de 24 años que se desempeñaba como agente del Ministerio Público en la Unidad Antisecuestros de Durango.
“Válgase la paradoja”, relató la madre de la chica que fue plagiada junto con sus compañeros de trabajo Eder Espinosa Ferreiro, Vicente Macías Plata y Gustavo Campos Reyes.
“Es un mensaje que todas las madres que estamos en este dolor que no tiene final hasta encontrar a nuestros hijos solicitamos conociendo la bondad de su santidad el padre Francisco y su capacidad intelectual que tiene de hablar con los diferentes niveles de gobierno y políticos queremos que haya un llamado al presidente Peña nieto, que al tomar su mandato dijo que no habría un solo desaparecido”, dijo.
Esta investigación está a cargo de la hoy Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), no obstante, no obstante no ha habido señalamientos necesarios pues cuando los secuestraron hubo una llamada pidiendo rescate de un millón de pesos.
En vías de elaborar el comunicado dirigido al Papa, Solalinde lamentó que las desapariciones se deben al interés de la delincuencia organizada por comercializar con las personas y a la desatención de las autoridades.
El padre reiteró el llamado a Francisco: “Hacer que los pastores dejen de ser convencionales: dedicarse a otras cosas como la burocracia, y olvidarse de lo más importante, el reino de Dios y su justicia. Se tiene que acompañar a la gente en la calle, bajarnos acercarnos. Lo otro es bueno pero eso es lo principal”.
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