La revista británica reconoce la astucia del PRI para formar alianzas a su conveniencia desde que llegó al gobierno con miras a aprobar reformas importantes como la energética y fiscal.
Para la publicación, los partidos opositores están debilitados tras la elección presidencial de 2012, sin embargo se han mantenido en el acuerdo encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto en un clima de violencia por parte del narcotráfico y que se ha convertido en la razón principal para que todas las fuerzas políticas vayan juntas.
En sus textos, The Economist reconoce la astucia del PRI para formar alianzas a su conveniencia desde que llegaron al gobierno pero también destacan lo realizado cuando era oposición, pues, refiere el texto, fue capaz de bloquear reformas importantes en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
El rotativo se refirió al PAN como el partido que “fue echado de la presidencia en el tercer lugar en las elecciones del año pasado” y al PRD como un grupo que pretende presentarse como una alternativa moderada después de la renuncia de su ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador.
Tras los comicios del pasado 7 de julio, The Economist recordó que tanto PAN como PRD condicionaron su permanencia en el Pacto por México a cinco condiciones: remediar el incumplimiento al Adéndum del Pacto; promover las reformas energética y fiscal; impulsar la reforma política, aprobar leyes secundarias y hacer un periodo extraordinario para una reforma electoral.
La revista británica hizo énfasis en la reforma energética que afectaría por completo aPetróleos Mexicanos (Pemex), la principal empresa mexicana que ante cualquier propuesta de incorporar empresas privadas para su explotación es considerado un “ultraje” y destaca que el ex candidato presidencial de izquierda, Andrés Manuel López Obrador se dispone a tomar su batalla contra la reforma en las calles.
“La mina de oro nacional actualmente contribuye aproximadamente un tercio del ingreso del gobierno, abandonando poco para invertir. La pobreza de Pemex, y la ausencia de inversión extranjera, han impedido a México abrir su potencial enorme en aguas profundas, como Brasil ha hecho. De ser puesto en práctica correctamente, la reforma de energía podría añadir más que un porcentaje al crecimiento de PIB anual del México”, dice el texto.
The Economist sostiene que el presidente Peña Nieto debe ofrecer en el Pacto por México una reforma política a cambio de la energética, pues dicho acuerdo ha sido benéfico para encauzar reformas vitales y no se debe permitir algún obstáculo entre ellos.
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