FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: J. ARTURO GARCÍA.
El caso de Hilda, asegura Alma Beltrán y Puga, coordinadora jurídica del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), será un parte aguas para la justicia de San Luis Potosí por las irregularidades e inconsistencias en las acusaciones por el aborto que supuestamente se provocó la joven potosina a la edad de 18 años.
El próximo viernes 2 de agosto, las abogadas de GIRE acudirán a la Quinta Sala Mixta del Supremo Tribunal de Justicia de San Luis Potosí para la primera audiencia tras la apelación por la sentencia condenatoria emitida por el juez Miguel Ángel Ramiro Díaz, quien dictó a Hilda un año de cárcel por el delito de aborto.
“Este caso es emblemático porque también refleja un patrón de violaciones a los derechos reproductivos y de criminalización de las mujeres, que hemos estado notando: las mujeres embarazadas que acuden a los servicios de salud pública con complicaciones, son acusadas y enviadas al Ministerio Público, antes de averiguar el motivo de la complicación que produjo el aborto, como lo exige el Código Penal”, explica Alma Beltrán.
A pesar de la poca claridad en el proceso iniciado en 2009, fecha en que abortó Hilda tras sufrir una hemorragia, las integrantes de la asociación esperan que el Tribunal revise con imparcialidad la sentencia contra Hilda con el objetivo de que se le dicte un auto de libertad “para que ya no tenga que acudir a firmar al juzgado cada mes”.
- Ése es el mejor escenario posible, pero de acuerdo con la situación actual ¿cuál puede ser la decisión del Tribunal? ¿Cuál es la imagen de los magistrados al interior de San Luis Potosí?
- Juzgar al Tribunal es muy complicado porque son varios magistrados. Lo que sí sabemos es que el juez penal [Miguel Ángel Ramiro Díaz] tuvo bastantes… prejuicios. Condenas como la de Hilda hacen que los jueces saquen a relucir sus ideologías y estereotipos de género en relación con la maternidad y el aborto.
Lo que esperamos es que los magistrados que integran la Quinta Sala de Justicia puean dejar a un lado sus prejuicios y vean el caso [que revisarán el 2 de agosto] con estricta legalidad, bajo estricto apego a los hechos y lo dicho en los expedientes.
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Los magistrados que revisarán el caso de Hilda en los próximos días son Zeferino Esquerra Corpus, Carlos Alejandro Robledo y María Guadalupe Orozco Santiago, con más de 25 años de experiencia judicial cada uno.
En las últimas semanas, la Comisión Estatal de Derechos Humanos se dijo interesada en documentar el caso. De encontrar las mismas irregularidades que GIRE, la Comisión podría emitir una Recomendación para “evitar” futuros casos de criminalización hacia las mujeres.
Las violaciones a los derechos humanos argumentadas por la defensa de Hilda son fallas en el debido proceso, además de un sometimiento a tratos inhumanos y confesiones bajo presión por parte de las autoridades del hospital. “La gente del hospital acusa de Hilda del delito de aborto y llama al Ministerio Público. La detienen y luego obtiene su libertad bajo caución”, indica la coordinadora jurídica.
Al igual que este caso, el Grupo de Información en Reproducción Elegida documentó que entre 2009 y 2011 se presentaron en México 679 casos de mujeres acusadas por el delito de aborto [226 por año]. Durante esos tres años, la cifra de acusaciones contras la mexicanas aumentó cerca de un 80 por ciento, considerando que antes del 2009 se contabilizaron de manera anual 163 casos en todo el país.
“Las mujeres acusadas son de escasos recursos y acuden a los sistemas de servicios públicos de salud”, agregó en entrevista Alma Beltrán. “Por eso hacen falta mejores investigaciones, así como capacitación a los médicos de las trabajadores sociales de los hospitales, como las que acusaron a Hilda”.
En caso de que la resolución de los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de San Luis Potosí –que se espera para finales de agosto– sea negativa, las representantes de GIRE interpondrán un amparo que podría prolongar el proceso entre un año y año y medio, hasta que la justicia mexicana establezca que Hilda sea declarada inocente, como buscan la asociación y la propia joven de, ahora, 22 años de edad.
- ¿Cuál es el ánimo de Hilda? ¿Qué piensa de lo que está por venir?
- Pues desde que le notificaron la sentencia ella misma comenzó a apelar el veredicto. Ella ha seguido clara en su decisión de que se le declare inocente de los hechos, para que no tenga que ir más al juzgado a firmar. Ella está dispuesta a ir hasta las últimas instancias para demostrar su inocencia.
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