AUTOR: PAULINA VILLEGAS.
Ante las afectaciones en 29 estados del país, el presidente Peña encontró una oportunidad de oro para reivindicarse como un mandatario cercano a la gente y empático con el sufrimiento de los damnificados, sensible al desastre y preocupado con la crisis.
En medio de un contexto complejo de oposición a sus reformas, cabildeo y forcejeo político, marchas y movilizaciones en el país, llegaron las fuertes lluvias, para infortunio de muchos, pero quizá para suerte del presidente en cuanto a la promoción de su imagen.
Por lo menos es lo que parece tener en mente al atender de forma personal y rápida a las entidades mas afectadas, como lo es Guerrero.
Además ha hecho pública la forma de instruir a su gabinete a dedicarse a aminorar los estragos, a “salvaguardar vidas”, desplegar elementos de la Marina y el Ejército, agilizar la disposición de fondos monetarios de rescate, y en general utilizar la fuerza y los recursos del gobierno federal para apoyar a las víctimas.
Todo empezó cuando EPN se retiró del convivio del día de la Independencia en el Palacio Nacional, después de una disculpa breve, para atender las contingencias del doble fenómeno climatológico que azotó en territorio nacional.
Y al día siguiente, lunes por la tarde, se trasladó a Acapulco, la ciudad costera donde más de 200 mil personas resultaron afectadas y muchas de ellas desalojados de sus casas, además de reportar 40 mil turistas varados en el puerto debido al cierre de las principales carreteras, y 12 personas muertas.
Ayer martes el primer mandatario canceló su gira de trabajo a Nuevo León, y por la tarde viajó hacia Chilpancingo, donde el continuó con las actividades de supervisión de los daños de la tormenta Manuel.
Fue la segunda visita a Guerrero, y realizó un recorrido en un vehículo de la Marina por los bulevares y calles inundadas.
Desde ahí el presidente ordenó desplegar personas del Ejército y la Marina a las zonas afectadas para evitar actos de rapiña, e instruyó agilizar la liberación de recursos del Fonden.
Anunció que la comunicación con este puerto no se reestablecería en menos de 72 horas por la afectación a la autopista México-Acapulco.
Y prometió un mayor apoyo a los turistas varados, afirmando que el gobierno federal ya había solicitado al sector hotelero local que proveyeran un una o dos noches extras de alojamiento, gratis.
“Yo quiero reiterar ante ustedes que el gobierno de la República está haciendo y desplegando todo su esfuerzo para tener una adecuada coordinación con las autoridades estatales para que en este evento (…) podamos actuar de manera oportuna y eficiente”, dijo EPN.
Ayer, alrededor de las 15:00 horas, aviones de la Fuerza Aérea Mexicana habían ya trasladado a 350 turistas al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, provenientes del Puerto de Acapulco, donde el aeropuerto fue cerrado por las inundaciones y fallas eléctricas.
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