AUTOR: ADRIANA AMEZCUA.
Cientos de universitarios suman fuerzas a la lucha magisterial; en Tlatelolco quedan de relieve las disputas entre las mayorías y las minorías.
Cientos de estudiantes de diversas universidades del DF ayer hicieron patente su apoyo a la causa que enarbolan los maestros del llamado magisterio disidente.
Marcharon con ellos del Monumento de la Revolución a la Plaza de las Tres Culturas ,luego de declararse en paro de actividades escolares en distintos planteles educativos.
De ese modo buscan expresar su rechazo a la reforma educativa que, consideran, no abona a mejorar el sistema educativo mexicano sino que está diseñada para fustigar los derechos laborales del sector docente.
Sin embargo, muy pronto la división se hizo presente en las inmediaciones de Tlatelolco.
En el primer gran encuentro público entre maestros y estudiantes quedó de manifiesto que las formas y concepciones sobre cómo conducir la lucha magisterial pasan por el filtro de enfoques múltiples, y que algunos integrantes de “las bases” de la CNTE y del estudiantado –en su calidad de minoría dentro de un amplio y heterogéneo conglomerado de manifestantes– pueden tomar resoluciones de imprevisto, estirando más la liga de la tensión social.
Así ocurrió ayer. Luego de que el dirigente de la Sección 22, Rubén Núñez, informó que la madrugada del miércoles la Asamblea Nacional de la CNTE resolvió no marchar hacia el Zócalo capitalino. Las rechiflas se soltaron.
Hubo gran descontento por parte de esos sectores que desde la noche del Grito esperaban retornar al perímetro del que los profesores fueron desalojados la pasada tarde del viernes 13.
Muchos de los estudiantes que ayer avanzaban tras el contingente de la CNTE esperaban que de la emblemática Plaza de las Tres Culturas se partiera hacia la Plaza de la Constitución. Que se intentara entrar por alguna de las calles aledañas que desde hace seis días están resguardadas por elementos de las policías federal y capitalina.
Pero la mayoría de maestros y estudiantes respetó el acuerdo. Los primeros volvieron a su nuevo campamento base y los segundos improvisaron asambleas sobre el Eje Central. Debatieron con quienes clamaban “Zócalo, Zócalo” y ajustaron ahí mismo sus acciones.
Van solos
Ayer en la Plaza de las Tres Culturas diversos contingentes de estudiantes debatieron qué hacer y el acuerdo fue no caer en provocaciones.
“Son muchos días de paro y si no aprovechamos el día, la gente, la base, está molesta (de la CNTE), porque no bloqueamos arterias”, explica una de las maestras que lideró el contingente por el Eje Central hasta la Glorieta de Caballito.
Asegura que entienden que hay una mesa de negociación de los dirigentes con la autoridad donde les piden que paren las marchas y los bloqueos. Pero también que hay otra realidad muy difícil: controlar a la base…
“La base quería volver al Zócalo, la noche del Grito se convocó a ello y como no fluye la información los compañeros estudiantes paran clases y ahí están… ese es el enojo de por qué no se hizo la actividad programada”.
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